Cuando Caterham entró en proceso de administración y no compitió en Estados Unidos el año pasado, esto dejó a Marcus Ericsson y a Kamui Kobayashi, los pilotos de entonces, en un espacio vacío. Pero más tarde Ericsson fichó por Sauber para este año, gracias a que el sueco tiene respaldo financiero detrás y el equipo suizo atraviea serios problemas económicos.

Marcus estaba decidido a hacer ver a los que dudaban de él que se equivocaban y aunque la temporada no comenzó bien para él ya que su compañero anotó 14 puntos y él cinco, terminó recuperándose. "Creo que en la primera mitad de la temporada él fue sin duda el más fuerte, no se puede dudar de eso, el equilibrio de clasificación 6-1 a su favor deja claro que él lo estaba haciendo mejor. Pero desde la mitad de la temporada comencé a recuperarme", explica Ericsson, que admite que Felipe Nasr comenzó más fuerte que él.

"Seamos justos, hemos competido de forma muy igualada todo el año empujándonos mutuamente y pienso en Brasil y otras carreras en las que comenzamos juntos la carrera, lo que prueba que hemos competido en igualdad y que hemos dado lo mejor de nosotros", agrega Marcus.

El de Kumla explica que saber que sería piloto en 2016 del equipo suizo le ayudó, en parte, a mejorar. "Eso me ayudó pero mi cambio llegó un poco antes, se trata más del lado mental de la competición, venía de Caterham, siempre competía en la parte de atrás y cuando llegas a un equipo más fuerte debes demostrar lo que vales. Aunque lo hagas todo bien, no siempre se dan cuenta de ello", aclara el piloto de Suecia, que señala que mucha gente no reconoce el gran trabajo de los pilotos que corren en escuderías modestas.

"Entonces llegué a Sauber y fue duro al comienzo, siempre te comparan con tu compañero de equipo y creo que me fijé más de la cuenta en otras escuderías y en él (Nasr) en lugar de en mí mismo", se muestra autocrítico Marcus, analizando qué hizo mal para ofrecer un rendimiento que al primero que le frustraba era a él.

Ericsson explica que ha aprendido de esta situación. "Siento que he aprendido este año a centrarme en mí mismo, en mi trabajo con mis ingenieros y a configurar el coche para mí y no pienso en nada más que en esto", repasa el piloto de Sauber.

El compañero de Nasr reconoce además que haber detectado sus debilidades y haberlas mejorado es la mejor lección de la temporada 2015. "Comentaría el mismo tema, cuando empiezas la temporada como lo hice yo y ves que en un punto determinado estás lejos de tu compañero, es duro psicológicamente pero he demostrado fortalezas y las he convertido en mejores sensaciones este año", admite el piloto, que ha luchado por lograrlo y ha tenido éxito.

Además, resume una batalla que también ha tenido lugar fuera de las pistas, en los medios, una batalla que según él, ya ha ganado. "Merezco estar en Fórmula 1, mucha gente me ha cuestionado, por qué me fui a Sauber, no lo entendían pero les he demostrado que soy inteligente pilotando y que me desenvuelvo bien en las batallas cuerpo a cuerpo. Me he ganado el respeto del paddock, esto es lo que creo y esto es bueno", apunta Ericsson, que cree que ahora es una figura más notoria dentro de la F1.

Por último, cree que 2016 será divertido por la lucha interna entre él y su compañero y que tienen como deber conseguir que el equipo sera el líder de la media tabla. "No puedo dejar que el año que viene me pase lo que sucedió en éste en la primera mitad del calendario, tengo que comenzar como acabé en 2015, es mi objetivo", finaliza.