Uno de las cabezas más visibles del proyecto Manor, que besaba un asfalto de F1 ya en 2010 fue John Booth, que estuvo a cargo de la dirección del equipo más modesto de la parrilla hasta la pasada carrera en el circuito de Yas Marina.

"Han sido seis años malditamente duros", sentencia Booth en una entrevista para Reuters, en la que agradecía tener finalmente "una buena oportunidad para aclarar la mente".

Estas palabras describen seis temporadas (2010-2015) en las que el sufrimiento por la evidente falta de rendimiento y resultados se juntaban con situaciones extremadamente inesperadas y desesperadamente desafortunadas. Ejemplos son el fallecimiento de dos de sus pilotos en los dos últimos años: María de Villota y Jules Bianchi. Booth tuvo que sobrepasar esos momentos, aunque también cabe reconocer que hubo instantes de felicidad, como cuando sumaron puntos por primera y última vez.

En resumen, Booth dice que toda su trayectoria en las carreras de motor y especialmente en Fórmula 1 "quizá ha sido un sueño del que me despierte mañana…".

Booth, de 60 años, empezó a dedicarse a tutelar pilotos en carreras inferiores como Kimi Raikkonen o Lewis Hamilton, después de haber frustrado su sueño de ser piloto. Llegó a competir en la Fórmula Ford contra Ayrton Senna a inicios de la década de los 80s. El director deportivo de Manor, Graeme Lowdon, también se ha bajado del barco junto a Booth, aunque ambos desearon lo mejor para el equipo en un futuro, que creen que será mejor que lo visto hasta ahora