Por ello y la vista del rumbo que toma la actual Fórmula 1, no dudó ni un segundo en afirmar: "Los pilotos ahora son unos vagos". Aclarar eso sí, que no es que lo fuesen antes de llegar a la F1, ni tampoco todo el rato, pues Juan Pablo Montoya se refiere al tiempo que están dentro del cockpit solamente. Está directamente relacionado con algo que todo el mundo en este deporte conoce, la excesiva "monitorización", sensores por doquier en los monoplazas, a cientos, y el excesivo papel asumido por los ingenieros de carrera. Ellos constantemente indican al piloto si los frenos están demasiado sobrecalentados, cuestiones de mapas motor-consumo, de cuanto estas desgastando, o no, los neumáticos, etc. Y aquí es donde Juan Pablo aporta una muy buena idea; eliminar sensores, dejar que los pilotos conduzcan sus coches como antes, de manera intuitiva, sintiendo los cambios en el bólido según transcurre una carrera. Está claro, quien tuvo, tiene y tendrá siempre.

Todavía recuerdo que con la llegada de la democracia a España, se acuñó de manera sarcástica la frase, "que se pué largar, ya no hay problema". Pues en la Fórmula 1, año 2015, al contrario; problemas tendrán los que hablen por la radio, aquellos que den o reciban instrucciones de cómo pilotar el monoplaza. A esto en la lengua de Shakespeare le llaman coaching. Parece un mal chiste, pero es totalmente cierto. Empezando ya en Hungría, por cosas como la configuración del embrague para la salida, ya desde boxes, estarán sin cambios posibles. Los bugas tampoco podrán tener un botón específico para ello. En cuanto a lo que se podrá decir vía radio, solo mensajes de seguridad, problemas críticos en el coche, si lloverá o no y creo que la hora exacta y poco más. Charlie Whiting volvió a mentar el 'famoso' artículo 20.1, uno ya desempolvado el año pasado. Por tanto, dicen, sólo deben comentarse cosas estrictamente deportivas; ¡hombre Charlie, de cine y de música nunca hablaron!

Una vez pasados a limpio los datos de la encuesta de la Asociación de Pilotos, varias fueron las secuelas. Claire Williams se mostró taciturna: "Creo que los resultados llegan demasiado tarde para ser discutidos". Mientras tanto, David Coulthard, señalaba que los patrones de los equipos dicen estar muy pendientes de la opinión del público, aunque solo frente a las cámaras, para luego hacer lo que les viene en gana. Desde luego el más original fue Damon Hill, poniéndole música al asunto, lo que siempre es de agradecer: "¿Alguna vez se oyó que los Rolling Stones hicieran una encuesta?". El británico además cree que "el deporte sabe por si solo lo que necesita hacer". Imagino que el campeón del mundo del año 1996 se referirá, a que de hacer bien las cosas, ningún sondeo era necesario, algo poco cierto en este momento. Discrepo además en que la Fórmula 1 pueda hacer por sí sola nada, si no hay dirigentes aptos, competentes, entendidos y muy preparados, al frente.

Niki Lauda desde sus inicios en la competición automovilística, fue otro que se caracterizó por su rapidez, su constancia y por no morderse nunca la lengua. De inicio es algo lógico, porque de hacerlo duele y mucho. Por tanto acumula decenas comentarios punzantes, repartiendo estopa desde los lejanos años 70. El último tuvo tintes gastronómicos: "En Maranello hacen mucho mejor los espaguetis que los coches". Rápidamente, como es habitual en él, Toto Wolf ejerció de bombero, declarando que todo el mundo sabe de lo abierto y directo que es Niki al opinar, quizás demasiado para los tiempos que corren. Ya con el temporal algo más calmado, Lauda dijo: "Los italianos saben que Ferrari siempre ocupará el número 1 en mi corazón". Más tarde añadió: "Allí logré 15 victorias, 2 de mis tres títulos, así que mi respeto por ellos es muy grande". Creo que, si Super Rat, no hubiera olvidado las pizzas, lasañas y risottos, nadie en la Scuderia se hubiera molestado lo más mínimo.

Ya sabemos que Felipe Nasr es un chico "normal", que llegó a la máxima competición del automovilismo de manera "normal". Él asegura que lo del Banco do Brasil es pura anécdota, y que los millones que ponen en la escudería Sauber, una decena larga, es algo corriente. Por tanto más que un patrocinio hacia su persona, cuyo resultado es alojarlo en un monoplaza de vivos colores, hablaríamos de un sencillo mecenazgo. Lo que ya no es tan usual es que un piloto diga: "Es importante que dejemos de tirar el dinero en cosas que posiblemente no funcionen". Nasr está preocupado porque los resultados, según pasan las carreras, han quedado algo estancados, tras un arranque de temporada bastante prometedor. Pero de ahí a meterse en temas técnicos, que van desde el diseño óptimo de las piezas o cómo obrar en el túnel de viento, va un trecho grande, más o menos, la distancia entre Brasil y Hinwil, eso sí, a nado.

Esta temporada en el team Red Bull, más que correr a tumba abierta, trotan irregularmente. Desde luego que los problemas del propulsor Renault influyen, pero es evidente que el RB11 no brilla en conjunto como lo hicieron sus predecesores. Como a perro flaco las costillas le verás, Max Verstappen tuvo la ocurrencia de comentar, que en Toro Rosso tienen el segundo mejor chasis después de Mercedes. El jovenzuelo citó a James Key, diseñador del STR10, "como el artífice de tal maravilla", cosa discutible sin duda. Más tarde Christian Horner, quiso poner las cosas en su sitio, citando que la terna responsable del monoplaza de los bisontes rojos, Rob Marshall, Pierre Wache y Dan Fallows, mancos no son. Finalmente el aún jefe de este cotarro de técnicos, Adrian Newey, afirmo que el equipo necesitará mucha suerte para anotarse un triunfo. Auguro una urgente reunión Tost-Horner para poner las cosas en su sitio, con Key ascendiendo a RBR y Fallows recalando en STR.

En la película del año 1993 "¡Liberad a Willy!", un valiente muchacho de 12 años lucha por dejar libre a una espectacular orca, retenida en un angosto parque acuático. Dando un salto en el tiempo de 22 años, un calmado ingeniero aeroespacial francés, trata de rescatar de un pequeño bloque motor V6 turbo, lleno de componentes electrónicos, una importante reata de caballos. Hablo evidentemente de Eric Boullier, team manager de McLaren, que dijo lo siguiente: "Si somos capaces de liberar potencia, quizás podamos luchar por el podio". El galo basa todas sus ilusiones, de nuevo, por enésima vez, en que de exprimir más potencia del power unit by Honda, mayor velocidad en las rectas, "ganado mucho tiempo". De un eficiente paso por curva, de tener distintos setup competitivos en el bólido, de la eficacia de los frenos, de la fiabilidad del conjunto, nada dijo.

Ya sabéis de mi afición a ponerlo todo en solfa, es decir, en música y esto me suena mucho a una legendaria canción escrita por Osvaldo Farrés e interpretada por una pléyade de intérpretes a lo largo de sus 68 años de historia: Quizás, quizás, quizás.