Comenzando por el principio, supimos que Fernando Alonsopiensa ser campeón del mundo de nuevo, aunque vista la fiabilidad y las prestaciones del MP4-30H, parece una empresa de titanes. Evidentemente este año es imposible del todo, afirmado por el propio piloto de manera clara: "Esta temporada de lo que se trata es de construir algo grande". Bueno, en mi modesta opinión, mejor sería decir rápido e irrompible, dado que por palmarés McLaren 'is already big'. Del 2016 nada dijo y mira que serán doce meses, pues parece apostarlo todo a los profundos cambios que supuestamente se producirán en el 2017. Entonces, dicen, los coches serán más competitivos y veloces. Me da que por Woking andan algo oníricos, pues lo soñado hace menos de un año con el actual 'McHonda' tenía grandes vuelos, pero la cruda realidad les lleva a ras de tierra, con la mente puesta a largo plazo, sin remedio.

Sebastian Vettel expresó a las claras que quiere coches más cañeros, con más raza, pues se declara "piloto de la vieja escuela". Según el de Heppenheim, eso significa manejar motores más grandes, no sé si en cilindros o en caballos entregados. Tampoco tiene claro si con turbo o no, pero transmitiendo su power con neumáticos más tochos. Evidentemente tampoco aclaró si ese paquete debe incluir el que los bólidos tengan toda una serie de controles electrónicos, de servoasistencias, de mecanismos, que hagan más llevadera la conducción de esos futuribles bravos monoplazas. Está claro, que los coches serían más rápidos, como los de antes, en los que según Sebastian: "Se necesitaban unas pelotas algo más grandes". En mi opinión el tema 'balompédico' no es la cuestión, tampoco de mentar las gónadas, sino más bien de agallas, arrojo, intrepidez, valentía, técnica y profesionalidad.

Para cerrar este trío, Bernie Ecclestone trata ahora de convencernos, de que los coches cliente son buenos, bonitos y baratos. Es casi como si un dietista nos recomendara bocatas de calamares o de chorizo como dieta saludable. Viniendo de Ecclestone, lógico, la cosa tiene trampa, pues lo que intenta es que unos sean constructores, los grandes, "cuatro o cinco equipos", mientras los pequeños renuncien a ello. Estos últimos por tanto, solo podrían comprar el chasis a los primeros por "unos 14 millones de euros", pavo arriba, buck abajo. Y encima el británico añade que pagando ese pastazo por el esqueleto del coche, los equipos no necesitarían de pilotos de pago, que así podrían tener chavales talentosos. Me parece que mister E, no debe ser muy bueno con los números, pues esa cifra sumada al coste de una unidad de potencia, supone un pastazo muy importante, mayor ruina que la actual, para escuderías como Manor F1, Sauber, Force India o Lotus.

Tras la hecatombe financiera del año 2007/08, se supo que más del 65% de las operaciones financieras a nivel bursátil global, son responsabilidad de las máquinas y no de los brokers. Complejos programas informáticos, diseñados por humanos, muchos matemáticos o físicos, toman las decisiones de comprar o vender valores, moviendo miles de millones de dólares cada segundo. En el gran premio de Mónaco un algoritmo, pudo causar el enorme error estratégico de la escudería Mercedes, al decidir llamar a boxes al líder Lewis Hamilton, bajo SC. Fue el mismísimo Toto Wolff el que reveló este misterio. Parece ser que el inicial Safety Car Virtual, hizo que los datos arrojados por los sistemas, basados en ceros y unos, diesen unas sumas incorrectas en cuanto a las distancias reales entre Lewis, Nico Rosberg y Vettel. Lo raro es que nadie dudase de ellos, con solo echar un ojillo a la pista, mirar desde el muro vuelta a vuelta, y por supuesto, a los monitores de televisión, que la palabra lo deja bien claro.

Se cuenta que en una carta enviada por Miguel de Unamuno a José Ortega y Gasset, allá por 1906, surge la famosa frase: "¿Que ellos inventan cosas?, invéntenlas". Unos que siempre fueron muy tendentes a la invención, sin lugar a dudas, son los japoneses, aunque se dice que luego se hicieron un poco expertos en el copieteo, de ser necesario. Por ello no deja de sorprender qué demonios pasa con la unidad de potencia de Honda, cuando se tomaron un año extra para ponerla en pista. Esto en teoría, les ofrecía la ventaja de poder observar los pros y los contra de las tres que ya rodaron en el año 2014, adoptando lo mejor de cada una, aunque su proyecto datase del 2013. Pero no, quisieron algo más, algo distinto. Ahora resulta que siguen buscando unos cuantos caballos, bastantes, que parecen no estar ni en el bloque V6, ni en los complejos sistemas MGU, tanto el K como en el H. Creo que Yasuhisa Arai debería haberse quedado haciendo buenos cascos, de esos que se ponen en la cabeza.

¿Alguien en su sano juicio, en pleno uso de sus facultades mentales, podría manifestar que pilotos como Rosberg o Vettel no son buenos para la F1? Y dando una vuelta de tuerca más: ¿se les puede acaso culpar de la no celebración del GP de Alemania? Estas dos lindeces vienen como siempre del mismísimo Ecclestone, el director de la FOM. No es extraño que Nico contraatacase enseguida, poniendo el dedo en la dirección del protegido de Bernie, Lewis Hamilton y su "constante movimiento". Impresiona como se puede faltar a la verdad, más si cabe, cuando el octogenario de pelo blanco, dirige el circo con mano de hierro. Bernie sabe muy bien que la ausencia de los bólidos multicolores en Alemania, se debe a unos costes de organización abusivos impuestos por él mismo. Dicen que FOM es el acrónimo de Formula One Management. Yo en plan gallego creo más bien que significa: "Falamos O Mentimos".

En el Madrid del siglo XIX, se acuñó la siguiente frase: "Ser más chulo que un ocho". Todo venía de la vestimenta típica utilizada en la fiesta del 15 de Mayo, por los varones que se acercaban a la ermita del Santo, a bordo del tranvía de la línea 8, entre la Puerta del Sol y la barriada junto al rio Manzanares. En la Fórmula 1 actual hay un piloto mu plantao, mu chulapo. Lo curioso es que su dorsal 33, de darle la vuelta al primero de los número tres, pues sale un 8. Y si para muestra…una confesión, Max Verstappen dijo lo siguiente sobre el arreón que le endiñó al Lotus E23 de Romain Grosjean: "Puso a prueba mis frenos". Efectivamente Max, los cuatro, dos delante y dos detrás, más un par de ojos dentro del casco, que no supieron o no quisieron calcular la distancia correcta al tren trasero del coche del francés. Cinco plazas perderá en la parrilla de Canadá el belga-holandés, más dos puntos en su carnet FIA por ese "ensayo". ¿Será suficiente para que aprenda o estaremos ante el próximo Takuma Sato?