Mónaco es siempre un fin de semana especial. Lejos de los focos y del glamour, los ingenieros y mecánicos trabajan a contrarreloj para adaptar el coche a las exigencias del circuito más singular del mundial. Renault, una de las marcas que más miradas cosechará, ha hecho hincapié en la lentitud del circuito, en el que solo en el 42% de la vuelta se pisa el pedal del acelerador a fondo, el porcentaje más bajo del mundial.

"Para los ingenieros es un reto trabajar en partes del motor y del software en las que, normalmente, no centras tanta atención", ha señalado Remi Taffin, director de operaciones de Renault. "En MÛnaco utilizamos mapas motores y configuraciones para mejorar la manejabilidad y el comportamiento a bajas revoluciones y velocidades".

La velocidad media en este circuito es la m·s baja del mundial, lo que hace que la potencia no sea tan important por lo que, tal y como asegura Taffin, Renault se centrará en la estabilidad en la frenada y en la respuesta al salir de las curvas.

"Por ello, utilizamos niveles que no utilizaremos en el resto del año y trabajaremos en cosas exclusivas para este circuito. Necesitamos cualquier centésima que podamos obtener porque sabemos que la clasificación en Mónaco es crucial", ha subrayado.

Este puede ser un Gran Premio muy importante para Renault, que intentará dar una buena imagen para tratar de acallar a los crÌticos y tendrá que mimar sus propulsores, sobre todo el de Daniel Ricciardo, que utilizará su cuarta unidad del año y que vio como se desvanecÌa la posibilidad de utilizar un quinto motor en 2015 al ser rechazada la propuesta por el Grupo de Estrategia.