El circuito Internacional de China, en Shanghái, no deja indiferente a nadie cuando lo mira, cuando lo ve. Ni su primera y complicada a derecha, en bajada, ni su larga recta de atrás, en la que un buen motor dará unas décimas extra a aquel que lo tenga, ni sus increíbles estructuras a lo largo del circuito, un alarde de modernismo y derroche en su máximo esplendor.

Así es la pista china, cuya construcción comenzó en el año 2000 pero hasta 2004 no se comenzó a correr, cuya primera victoria a manos de Rubens Barrichello, piloto de Ferrari por entonces. Pero en 2015 todo es diferente, muy diferente. Los coches, la normativa, los pilotos, todo se ha renovado, la Fórmula 1 se ha reciclado y por muchas críticas que esté recibiendo, está claro que es una nueva era del deporte.

Lo es concretamente para los jóvenes pilotos de los STR10 de Toro Rosso, que en pocos días recorrerán con sus monoplazas una pista desconocida pero por lo que les cuentan los ingenieros "es un circuito muy especial e inusual según lo que me han dicho", explicaba Carlos Sainz.

"Normalmente con los neumáticos Pirelli la parte trasera es la más complicada de gestionar pero en el circuito de Shanghái parece que será la parte delantera a la que haya que prestar especial atención. Esto significa que podría haber condiciones parecidas a las que encontramos durante los test de invierno", comentaba el compañero de Max Verstappen.

El holandés también expresó sus opiniones sobre la pista china. "He estado varias veces en China pero nunca en Shanghái o en el circuito. La pista es bonita, sobre todo la primera larga curva a derechas, parece realmente interesante", agregaba el otro piloto oficial de Toro Rosso.

Dos jóvenes pilotos que se enfrentan a una pista que no conocen en la que tendrán que ser rápidos reaccionando a las innumerables sucesiones de curvas rápidas y sobre todo deberán poner todo el rendimiento de la unidad de potencia en el sector final del circuito.

"La pista parece desafiante con largas y veloces curvas que es lo que estoy esperando a afrontar", continua. "Cuando era niño no me gustaba la comida china pero ahora estoy acostumbrándome a su sabor, ¡así que seguro que me gusta la experiencia!", aporta Carlos.

Max subrayaba las nuevas sensaciones de acudir a un circuito que desconoce. "Siempre es emocionante ir a un nuevo circuito, espero con emoción el momento además de conocer a algunos fans locales", finaliza. Entusiasmo por lo desconocido pero bien es sabido que cuando los coches se ponen en la pista, todo lo que hay alrededor parece desaparecer.