El idilio de Sebastian Vettel con la Fórmula 1 pasa por uno de sus momentos más flojos. A los problemas que el alemán está experimentando a bordo de su RB10 para adaptarse a la frenada del monoplaza de Red Bull, se le añade el poco disfrute que el tetracampeón del mundo experimenta con el sonido y el pilotaje de los nuevos V6 Turbo. Tras sus feroces críticas de hace unas semanas acerca del sonido, Vettel vuelve a la carga asegurando que "Somos un deporte que es famoso por ser ruidoso y peligroso".

"Estamos pendiendo sobre un hilo en cuanto a perder la esencia del automovilismo", declara el piloto germano a la revista ‘Focus’. "Preferiría un V10 o un V12 con 1.000CV de potencia, de mucha potencia. Preferiría pilotar coches que fueran lo más rápidos posible; necesito sentir algo complicado, como si estuviera montando un dragón o una bestia".

Sí es cierto que no es el primer piloto que defiende que los nuevos monoplazas no implican tanto esfuerzo físico y mental como los anteriores V8, como ya afirmara en pretemporada Fernando Alonso, pero resulta curioso que el vigente Campeón de la categoría critique de manera constante los derroteros que la Fórmula 1 ha tomado de cara a esta temporada, habiendo sido informado de ellos desde hace meses.

"Comparando con la última temporada, esta impresión ha disminuido horriblemente. El coche no sabe lo que quiero. En frenada y en las curvas, tengo una falta absoluta de confianza", reconoce un Sebastian Vettel que montará un nuevo chasis este próximo fin de semana en Barcelona para tratar de solucionar la desventaja respecto a su compañero de equipo y en pos de mejorar las sensaciones del tetracampeón del mundo más joven de la historia al volante.