El magnate de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone, ha sido acusado formalmente por el Tribunal de Múnich por el 'caso Gribkowsky' y espera la fecha del juicio para presentar su defensa y salir 'airoso' del asunto que le arrebataría su cargo de mandamás de Gran Circo si es declarado culpable. El presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), Jean Todt, el ex presidente de dicho órgano, Max Mosley, y demás personalidades del paddock ya han mostrado su apoyo al británico, voto de confianza al que ahora se une el ex piloto de F1, Gerhard Beger.

En opinión del austríaco, Ecclestone ha dirigido la categoría con buen saber hacer y considera que es la persona adecuada para gestionar el negocio de la Fórmula 1. No obstante, sugiere que la gestión del deporte necesita un cambio. "Ha liderado este deporte durante décadas con perfección, visión, astucia y trabajo duro para tener gran éxito, por lo que todos tenemos que darle las gracias. Siempre y cuando esté en forma, no hay uno mejor. Pero la Fórmula 1 es propiedad del grupo de inversión CVC, que normalmente se aferrarían a una inversión de diez años. Creo que una reorganización es necesaria y bastante posible, y la FIA y Todt jugarán un rol importante", señalaba Berger al diario alemán Bild am Sonntag.

A finales de año, en diciembre, la Federación votará al presidente para los próximos años. Con Todt a la cabeza, un nuevo candidato ha entrado en juego, David Ward. El británico ha dejado su cargo como director general de la Fundación FIA para centrarse en la campaña electoral. Aunque Berger no ha opinado respecto a los dos candidatos, sí ha comentado la gestión del francés al frente de la Federación.

El austríaco cree que el mayor problema del mandato de Todt está siendo el cambio en la normativa del deporte y en los altos costes que estas modificaciones o novedades técnológicas significan para los equipos medianos y pequeños de la parrilla. "En fútbol, también podrías hacer el campo más grande, más pequeño, permitir 15 jugadores, 10 jugadores, hacer las porterías más grandes, más pequeñas. Pero no lo hacen. El fútbol es fácil de entender, pero éste es un momento difícil en la Fórmula 1. El cambio de normas va asociado a costes descabellados", señalaba al rotativo germano Bild am Sonntag.

Y añadía respecto a las novedades técnicas, como el DRS: "No me gustan ese tipo de mejoras artificiales del espectáculo. Y sinceramente creo que es lo mismo que piensan los aficionados. Quieren un deporte de verdad".

Junto a los cambios en el reglamento, Berger también se ha fijado en la distante relación que existe entre Ecclestone y Todt. El ex copropietario del equipo Toro Rosso afirma que el británico y el francés tienen ideales contrarios, razón por la que se hace complicado llegar a la unanimidad entre los dos dirigentes. "En F1, el viejo proverbio 'demasiados cocineros echan a perder el cocido' es muy real. Anteriormente, Max Mosley y Bernie Ecclestone trabajaban como una unidad. Pero hoy tenemos en Jean Todt y en Ecclestone a dos chefs que tienen gustos diferentes. Esto nos lleva a algo que es caro y también difícil de entender para muchos de los aficionados", concluía el austríaco.