La Fórmula 1 afronta hoy una jornada histórica. Por primera vez desde su creación en 2010, el Tribunal Internacional de la FIA entra en el Gran Circo para hacerse cargo de una de los asuntos más polémicos de los últimos años, el 'Pirelligate'. El órgano de máxima instancia de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) deberá tomar la resolución en el caso del test privado que Pirelli y Mercedes realizaron tras el Gran Premio de España, que podría ir en contra del reglamento por haber rodado con el monoplaza -el W04- de la presente temporada.

El Artículo 22.1 del Reglamento Deportivo señala que el coche a usar debe ser de dos años atrás, por lo que se prohíbe utilizar el de la actual campaña: "Un entrenamiento en pista se debe considerar a cualquier rodaje en pista que no forma parte de un evento y que es asumido por un competidor que participa en el campeonato, usando los monoplazas que se adapten al Reglamento Técnico actual de la Fórmula 1 además de aquellos al año anterior y posterior".

Aunque en un prinicipio, cuando se conoció la realización del test, la polémica recayó en el 'secretismo' alrededor de la prueba y el enfado de los demás equipos de la parrilla por no haber sido informados al respecto, más recientemente la controversia ha crecido alrededor del monoplaza usado. Junto a ello, que Lewis Hamilton y Nico Rosberg participaran activamente en el entrenamiento no ha sido del agrado del paddock y parece ser que tampoco de la FIA. De tal modo, el haber rodado con el W04 y con los pilotos oficiales centrará la defensa de Mercedes ante el panel de jurados de la audiencia del Tribunal Internacional de la Federación.

Ross Brawn es el representante de la escudería de Brackley ante el órgano, mientras que Paul Hembery, reponsable de Pirelli Motorsport, defiende la posición del proveedor de neumáticos frente al test privado en el Circuit de Catalunya. La argumentación de la marca milanesa gira en torno a haber comunicado a todos los equipos la propuesta de realizar un test y que los de Brackley fueron los primeros en responder. Respecto al monoplaza usado, la compañía italiana afirma, como ya aseguró semanas atrás en rueda de prensa, que no pidieron rodar con un coche actual y que tal decisión correspondió a conversaciones entre la escudería y la FIA.

LA FIA CUESTIONA EL TEST

Con la audiencia ya iniciada, la Federación ha sido la primera parte en tener la palabra. Mediante la figura de Mark Howard, representante legal de la FIA en el caso, el órgano regulador cuestiona que los demás equipos de la parrilla estuvieran informados del emplazamiento y fecha del entrenamiento privado entre Pirelli y Mercedes. "Ninguno de los demás competidores de 2013 fueron invitados a participar en el test o a observar. Ninguno de los competidores de 2013 era consciente de que el test se iba a realizar", ha señalado Howard en la audiencia tal y como recoge Autosport.

Antes de que se celebrara el test, Howard ha confirmado que Charlie Whiting, director de carrera, sí recibió la llamada de los directivos de Mercedes preguntando sobre la posibilidad de realizar el entrenamiento aunque afirman que se trató de una conversación "informal". Además, el representante legal de la FIA ha declarado que a Whiting no se le informó de la celebración del test entre la escudería y el proveedor de neumáticos. "Sin el conocimiento, consentimiento y participación de los demás competidores, Mercedes y Pirelli podrían haberse involucrado en una actividad que fue discriminatoria para la competición".

"A Whiting le preguntaron por una pregunta general y no específica, la pregunta general sobre la aceptación de usar el monoplaza de 2013. Su respuesta preliminar fue que tal test debería cumplir con el Artículo 22 siempre y cuando que el propósito fuera para Pirelli probar sus neumáticos y que él (Whiting) lo revisaría", ha añadido Howard en la audiencia según informa Autosport.

LA RESPUESTA DE WHITING

Después de que Mercedes se interesara en el reglamento y conversara con el director de carrera sobre la posibilidad de rodar con el monoplaza de 2013, Whiting informó al abogado de la FIA, Sebastian Bernard, y éste afirmó que sí podría suceder pero únicamente en el caso de que Pirelli invitara a todas las escuderías al test para que estuvieran presentes en el test.

Según Howard, Whiting habló con Brawn sobre la posición legal de la FIA pero destacó que no confirmó la celebración de tal entrenamiento. "Esta comunicación no fue un acuerdo por parte de la FIA, no fue nada más que la interpretación del Artículo 22 de Whiting y Bernard", ha insistido Howard.

En referencia al Artículo 22 del Reglamento Deportivo, el representante legal de la Federación sugiere la ilegalidad cometida y asegura que solo el Consejo Mundial de Deporte de Motor tiene competencia a la hora de decidir no aplicar una regla en un momento dado. "Con o sin el consentimiento de Whiting, es irrelevante porque el entrenamiento en relación al Artículo 22 es una infracción a no ser que (el cambio de regla) se garantice por el Consejo Mundial de Deporte de Motor".

MERCEDES SACÓ BENEFICIO DEL TEST

Aunque la escudería de Brackley ha insistido en diferentes ocasiones que desconocían qué producto iban a probar, que no recopilaron datos y que no sacaron ventaja por los 1000 kilómetros acumulados en el test con Pirelli, la FIA ha mostrado una visión diferente. Para el representante legal de la Federación, la escudería de Brackley sí sacó provecho del entrenamiento. "Es difícil decir que Mercedes no ganó beneficio del test", ha afirmado Howard en la audiencia.

Tras el turno de la FIA, Mercedes y Pirelli serán los siguientes en argumentar su defensa en una jornada histórica que se espera larga y con un intercambio de responsabilizaciones contínuas entre, especialmente, la parte acusada. Desde CarandDriverTheF1.com les mantendremos informados de todo lo que ocurra en la sede de la Federación en París, así como de los detalles de las intervenciones y la resolución del Tribunal Internacional.

El Tribunal Internacional de la FIA, a fondo: así actuará en el 'caso Pirelli-Mercedes'