Después de su exitoso paso por Ferrari y tras su retirada en 2006, Michael Schumacher volvió en 2010 a la Fórmula 1 de la mano de su viejo amigo Ross Brawn, ahora en Mercedes. Pero los problemas han sido muchos: tanto técnicos como de pilotaje, con algún que otro accidente espectacular.

Superada la crisis de los 40, el heptacampeón dirá definitivamente adiós sin haber podido volver a saborear la victoria. Y eso, para el ex piloto Alex Wurz, dice mucho de los pilotos actuales más jóvenes: "Que alguien que ha dominado tanto no sea capaz de dominar de nuevo después de tres años de descanso es un elogio hacia los pilotos que ahora dominan. Demuestra que hoy ellos son los mejores del mundo". Por eso, el austríaco piensa que las últimas tres temporadas del Kaiser han sido "malas para Schumacher, pero buenas para la Fórmula 1".

Para Wurz, que se enfrentó rueda contra rueda al alemán en aquella inolvidable lucha en el Gran Premio de Mónaco de 1998, es una cuestión de épocas: "No ha podido hacer lo que esperaba", asegura a Sportwoche. "Al final es una señal de que todo en la Fórmula 1 pasa rápidamente".