El gobernador Chris Christie ha anunciado un acuerdo de diez años con la Fórmula 1 para organizar el Gran Premio de América en Nueva Jersey. Los organizadores esperan un público de 100 mil espectadores en los tres días de carrera. Y a pesar de algunos rumores –incluidos los de Ecclestone, que puso en duda la celebración de esta carrera–, los promotores como Leo Hindery desmienten los problemas organizativos y prometen que todo va viento en popa.

"No sé de dónde vienen esos rumores, pero la carrera va adelante. Si hubiera dudas, hoy no habríamos traído a Sebastian [Vettel] y a esta gente", comenta Hindery a Associeted Press sobre la exhibición brindada por el bicampeón mundial e Infiniti el pasado lunes.

Pero la del año que viene en Nueva Jersey no será la primera carrera en Estados Unidos tras la ausencia de cinco años por el abandono de Indianápolis: esta temporada se estrenará –si todo sigue según lo previsto– el Gran Premio de las Américas en Austin, Texas, en noviembre. El presidente del circuito, Steve Sexton, declaró al periódico de Quebec La Presse, que los trabajos de construcción continúan incluso de noche para cumplir con el plazo: "Vamos a tiempo", asegura. "Actualmente estamos instalando el asfalto y los edificios casi están ya erigidos. Nuestra intención es dar una buena primera impresión, pues sólo se puede dar una".

Antes de todos estos proyectos, y antes que Indianápolis –que se despidió de la Fórmula 1 en 2007– tras una corta y tensa relación con este deporte, Phoenix albergó tres carreras entre 1989 y 1991, mientras que Watkins Glen –al norte del estado de Nueva York– fue la carrera estadounidense más veterana al acoger a la Fórmula 1 desde 1961 a 1980, sin contar con las 500 Millas de Indianápolis, que fueron puntuables para el Campeonato Mundial de F1 entre los años 1950 y 1960, además de las breves experiencias en Sebring y Riverside.