Antes del éxito de la escudería de Sttutgart, Red Bull y Mercedes han tenido sus más y sus menos a cuenta del controvertido S-duct o doble DRS de los de la estrella, conjunto que a modo de contraataque, cuestionó la legalidad de la configuración del motor empleada por Red Bull.

Al ser cuestionado sobre si la victoria de Rosberg el pasado domingo en Shanghai había escocido en el seno de Red Bull, Helmut Marko insistió: "Somos rivales, y está claro que todos intentamos conseguir el máximo para nuestros equipos. Pero felicité a Norbert Haug sinceramente en el aeropuerto de Shanghái".

Marko, además, afirmó que la controversia del S-duct ya está agotada. "El fracaso de la protesta supone que el sistema del S-duct es legal, así que para nosotros ya está", zanjó.

Por su parte, el jefe de la escudería energética, Christian Horner, admitió esta semana que es "inevitable" que otros equipos intenten ahora desarrollar sus propios sistemas basándose en la innovación de Mercedes.

"Primero de todo, como cualquier componente, tiene que ganarse un lugar en el coche como una actualización", apuntó en declaraciones al Daily Mail, aunque "no es seguro que en todos los coches vaya a materializarse en una mejora de tiempos", advirtió.