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Su creador es el diseñador Pierre Paolo Lazzarini que ya nos tiene acostumbrados (y enganchados) a sus extravagantes pero espectaculares creaciones de todo tipo, con o sin ruedas, para rodar, navegar o volar. No es una de las creaciones más lujosas y desmesuradas de Lazzarini pero el que ha sido denominado como “Ferrari del mar”, tiene un innegable atractivo, sobre todo cuando se conocen algunos de sus detalles. Lo primero es que no es demasiado grande, mide 27 metros de largo, 6,3 de alto y 6,7 de ancho. El color elegido para dar vida a su casco de fibra de carbono es el Rosso Corsa y el emblema de Ferrari aparece en la proa.
Todo un GT para el mar
La silueta es realmente espectacular y se aparta de los códigos habituales de los yates ya que su diseñador ha querido dar forma al concepto “Gran Turismo del Mar”, combinando prestaciones por encima de lo habitual en un yate de este tipo y una comodidad de gran lujo. Tiene dos puertas laterales tipo “alas de gaviota” que pueden permanecer abiertas hasta una velocidad de unos 35 nudos, unos 65 km/h, aunque la velocidad máxima que puede alcanzar el Gran Turismo Mediterranea es exactamente el doble, 70 nudos, unos 130 km/h, una velocidad realmente elevada.
Está propulsado por tres motores MAN V12, una transmisión Arneson y un propulsor central Hamilton Jet. Pero el secreto para conseguir una velocidad tan alta y mantener la comodidad de los ocupantes es un “ala” que se despliega debajo del casco y que eleva la proa por encima de la línea de flotación para reducir la resistencia y proporcionar una extraordinaria comodidad. Incluso tiene un sistema de escape múltiple que recuerda al de cualquier deportivo de Maranello.
El puesto de mando es un verdadero cockpit, tanto por el diseño de la instrumentación y los controles como por los dos asientos tipo “baquet” tapizados en cuero blanco con la bandera italiana. El “Ferrari del mar” dispone de alojamiento de lujo para cuatro personas y tres miembros de la tripulación. Los pasajeros disponen dos camarotes en la cubierta principal y en la inferior, mientras que los tripulantes se alojan en los camarotes de la parte inferior. Dispone de un salón con un par de sofás detrás de la cabina del capitán y un comedor en la cubierta principal.
Diferentes configuraciones
Pero lo más curioso del Gran Turismo Mediterranea está en la popa que puede configurarse a gusto del propietario. Aquí encontramos una amplia plataforma que puede ser una clásica terraza para tomar el sol o un comedor exterior… o un garaje para “aparcar” un Ferrari SF90 Stradale o cualquier otro modelo de la marca. Esta plataforma está motorizada y “sale” fuera del casco para dejar o recoger a su invitado de cuatro ruedas, algo que seguro que se convertiría en el espectáculo en cualquiera de la marinas más lujosas del mundo. Este concept no tiene precio y solo podrá hacerse realidad si hay un inversor dispuesto a pagar una creación exclusiva, algo que sí ha sucedido con otros diseños de Lazzarini.
