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Volvo pretende ser una marca totalmente eléctrica para el 2030, así que ya se han dado pasos importantes para conseguirlo. El último avance para lograr su objetivo es realmente trascendente ya que la firma sueca acaba de dar por finalizada la producción de automóviles impulsados por motores diésel, poniendo fin a una era que comenzó allá por 1979 con los 244 GL marcando el camino de la propulsión por gasóleo.
El adiós al diésel de Volvo
El pasado año la compañía hizo la promesa de dar por finalizada la producción de este tipo de vehículos para principios de este año, y sus palabras se han cumplido con el XC90 de color azul que tenemos en imágenes. Ensamblado en la fábrica de Torslanda, en Suecia, el SUV nórdico es el último automóvil con motor diésel producido por Volvo y su destino no será ningún domicilio particular, ya que esta unidad tan especial irá directamente al museo World of Volvo en Gotemburgo, como no podía ser de otra forma.
El fabricante sueco ha querido dar a conocer públicamente el final de esta etapa a través de sus redes sociales: “Esta semana se produjo un momento histórico en nuestra planta de Torslanda en Suecia. Después de 45 años, el último automóvil diésel, un XC90, salió de la línea de producción, ¡lo que marcó el fin oficial de una era! Con el espíritu de celebrar nuestra herencia, reunimos esta belleza con uno de nuestros primeros automóviles diésel, el Volvo 244, lo que generó cierto interés en la fábrica. El evento marca un gran hito en los 97 años de historia de nuestra empresa. Con esta medida, estamos dando un paso de gigante hacia nuestras ambiciones de convertirnos en un fabricante de automóviles totalmente eléctricos, además de lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2040”.
La historia del diésel comenzó con el 244 GL D6 hace ya 45 años, pero curiosamente no tenía motor Volvo. El encargado de propulsar a la berlina era un bloque atmosférico de seis cilindros y 2.4 litros procedente del Grupo Volkswagen, produciendo 82 caballos de potencia y un par máximo de 140 Nm. Unas cifras que distan profundamente de las ofrecidas por el referido XC90, cuyo motor microhibridado de cuatro cilindros y 2.0 litros desarrolla un total de 235 CV y un elevado par de 480 Nm, asociado a una caja de cambios automática de ocho velocidades por convertidor de par que envía toda la energía a los dos ejes.
Con la desaparición del motor diésel, el siguiente paso es poner fin por completo a la producción de vehículos propulsados por motores de combustión, aunque la firma sueca deja claro que su viaje hacia la electrificación no solo incluye vehículos eléctricos, sino también “una sólida cartera de híbridos suaves y enchufables que crean un puente hacia el futuro”.
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Si bien otras firmas como Mercedes y Bentley han retrasado sus ambiciosos objetivos de vehículos eléctricos, Volvo mantiene su plan de volverse completamente eléctrica para finales de la década y lograr las cero emisiones netas de CO2 para el 2040. Estaremos atentos a los próximos pasos de la compañía sueca.
Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta
