El Papamovil (un Mercedes ML al que se le ha modificado toda la parte trasera para incorporar una cabina acristalada que protege al Pontífice de posibles atentados terroristas), cuando circula por ciudad, tiene una velocidad de marcha que ronda los 10 kilómetros/hora para que los fieles puedan saludarle, retratarle y verle en primera persona. Y, como algo normal, el Papa siempre les corresponde e, incluso, se levanta dentro de su 'urna' para agradecer al personal su efusividad... porque no tiene cinturón de seguridad que le sujete al asiento. Uwe Hilsmann, un abogado alemán, se cuestionó durante la visita de Joseph Ratzinger el pasado mes de septiembre a Berlín por qué el Mercedes no llevaba instalado un cinturón de seguridad, así que no dudó en acudir a un juzgado y formular una denuncia contra Benedicto XVI.

Al tratarse de un jefe de estado extranjero, el Papa, al igual que otros líderes, disfruta de inmunidad y no recibirá la multa de 80 euros, dinero con el que se sanciona el no llevar puesto el cinturón, pero el abogado empedernido ha defendido que, además de jefe de estado, el Papa mantiene su nacionalidad germana como cuando era conocido como cardenal Ratzinger y, por ello, Uwe Hilsmann exige que se le multe, a pesar de ser la cabeza visible de la Iglesia.

El abogado se ha reafirmado que, con esta denuncia, no busca dañar la imagen de Benedicto; sólo intentar que todos los ciudadanos germanos respondan por igual a la ley, sea quien sea.