Los 16 coches que la cámara baja tiene a su nombre (los portavoces parlamentarios de cada grupo político con representación disfrutan de uno de ellos, por ejemplo) gastarán, sólo el año próximo, 180.000 euros en 72.000 litros, lo que viene a significar que el litro de carburante cuesta a las arcas públicas 2,5 euros frente a los poco más de 1,30 euros que se vende en las gasolineras (casi el doble). La 'gracia' está en que a esos 180.000 euros hay que sumarles el 18% de IVA, por lo que el gasto real se dispara hasta los 212.400 euros, más de 35 millones de las antiguas pesetas (por lo que el litro sale, finalmente a 2,95 euros).

Ante la elevada cifra de euros de la partida presupuesta de la institución que preside el socialista José Bono, se abre un concurso público en el que las petroleras interesadas mostrarán sus propuestas y se estudiarán a fondo. La más favorable (la que ofrezca una descuento mayor por litro repostado, esto es, que permita ahorrar unos miles de euros a esa factura de 212.400 euros) será la suministradora en exclusiva. A finales de 2012 se volverá a abrir otro concurso con la misma finalidad.