Tres personas, entre ellas un joven de 15 años, han muerto este fin de semana en dos accidentes de tráfico en los que se han visto involucrados cuadriciclos ligeros, que en ambos casos se han despeñado por barrancos.
El siniestro más grave se produjo el viernes por la noche en el municipio murciano de Caravaca de la Cruz, cuando uno de estos vehículos, ocupado por un hombre y una mujer, volcó en un camino y se precipitó por un barranco de unos cien metros altura.
El segundo accidente, en el que ha perdido la vida un joven de 15 años, se ha registrado la pasada madrugada en la localidad jiennense de Cabra de Santo Cristo. El vehículo, que era propiedad del abuelo del fallecido, se ha salido de la vía por el margen izquierdo y se ha despeñado en un paraje conocido como el carril del Buitre.
¿Cómo son los Microcoches?
Estos sucesos ponen de manifiesto una vez más la dudosa seguridad activa y pasiva de estos vehículos así como el peligro que tienen al circular por las vías públicas. Recordemos que los microcoches tienen un peso inferior a 350 kilogramos, no superan los 45 kilómetros/hora y se pueden conducir con carné de ciclomotor. Tienen dos plazas y no superan los 3 metros de largo.
Con una potencia similar a un ciclomotor –alrededor de los 6 caballos- y un peso cuatro veces superior, puede llegar a ser un verdadero suplicio circular por vías interurbanas o por determinadas ciudades. La capacidad de respuesta es nula debido a su baja potencia y a su velocidad, autolimitada a 45 km/h, que imposibilita realizar un adelantamiento en condiciones seguras. Además, en carreteras sinuosas o con grandes desniveles presentan un obstáculo evidente para el resto de vehículos.
La conducción tampoco ayuda ya que debido a su escasa anchura -en torno a 1,3 metros- y a unos neumáticos estrechos -unos más anchos supondrían un lastre- dan como resultado una escasa estabilidad. Muestra de ello es que muchos de los accidentes son por vuelco del propio vehículo, a no más de los 45 km/h a los que pueden circular. Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, alerta de la falsa percepción de seguridad que ofrecen estos «microcoches». «En realidad, presentan una dificultad para la conducción muy considerable, porque son muy inestables. Aunque tengan cuatro ruedas, son más difíciles de conducir que un ciclomotor», asegura.
Pero sin duda, el mayor inconveniente es la insuficiente seguridad pasiva que ofrece un vehículo de este tipo. Limitados por una longitud inferior a 3 metros, no tienen apenas voladizos que puedan absorber la energía cinética de la colisión. Aunque los últimos modelos cuentan con airbag del conductor, en la mayoría de los casos la principal y única medida de seguridad suelen ser los cinturones.
¿Qué dice la normativa?
Para poder conducir un microcoche, hay que obtener el permiso de ciclomotor –a partir de los 15 años de edad- aunque hasta cumplidos los 18 años no se puede llevar pasajero. Actualmente no hay que superar ninguna prueba en tráfico real, tan sólo una en circuito cerrado, por lo que la mayoría de conductores pueden no están preparados para circular de manera segura. Los también llamados cuadriciclos ligeros pueden circular por todo tipo de vías excepto las autopistas y autovías -su velocidad limitada a 45 km/h no les permite circular a la velocidad mínima en estas tipo de carreteras-.
En conclusión, salvo excepciones, los microcoches no representan una alternativa real a un urbano en términos como seguridad, conducción, estabilidad ni mucho menos prestaciones. Los fabricantes de estos vehículos insisten en no comparar unos con otros pero no hay que olvidar que al circular comparten las mismas carreteras, calles o rotondas.
