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Los expertos ya lo consideran como uno de los mayores hallazgos de “granero” de Europa, un auténtico barnfind que ha ido creciendo en la localidad holandesa de Dordrecht, de poco más de 120.000 habitantes. El señor Palmen, del que se sabe poco, inició esta colección hace más de 40 años con un Lancia B20 amarillo y a partir de ahí fue comprando coches raros y realmente valiosos que iba guardando en su estado original. Los coches nunca han sido restaurados pero Palmer los arrancaba periódicamente para evitar que los motores se estropearan.
Aunque las imágenes parecen generados por Inteligencia Artificial, son reales y se han tomado en los almacenes de la colección. A pesar de su apariencia polvorienta la mayoría de los coches están completos y en un estado bastante bueno. Parece imposible que nadie tuviera conocimiento de la existencia de semejante colección pero es que Palmen rara vez enseñó a alguien lo que guardaba en estos almacenes. Tampoco ninguno de sus vecinos sabía de la existencia de estas joyas de la historia del automóvil.
Una subasta para soñar
Está claro que Palmen tenía un exquisito gusto a la hora de elegir los coches de su colección, con una especial predilección por los italianos. No renunciaba a ninguna nacionalidad para elegir las piezas de su colección y también podemos encontrar franceses como Facel Vega y Citroën, alemanes de BMW, Mercedes y NSU. Los británicos también tienen buena representación con varios Jaguar, Aston Martin y Rolls-Royce, al igual que los estadounidenses como Chevrolet, Cadillac y Ford. En sus almacenes también contaba con otras marcas más exóticas como Tatra, Monica, Moretti, Matra, Alvis, Imperia y Villard.
La avanzada edad de Palmen y diferentes circunstancias personales son las que han hecho que esta magnífica colección haya salido a la luz para ser puesta a la venta. Merece la pena revisar la web de Classic Car Auctions y echar a volar la imaginación con los precios de partida de algunas de estas joyas, aunque sus importes de adjudicación serán astronómicamente superiores. Nosotros hemos empezado a hacer una selección para destacar en este artículo pero hemos desistido porque era demasiado extensa.
Como ejemplo tenemos el Facel Vega III Coupé de 1964 de la fotografía, que tiene un precio de salida de 5.000 euros, aunque al final estará en unos 60.000 euros. Un Alfa Romeo Zagato 2600 SZ del 1967 que tiene un precio de partida de 25.000 euros aunque su valor estimado de adjudicación están entre los 110.000 y los 170.000 euros. Otro ejemplo es un Lancia Flaminia Touring Convertible 3C 2.8 de 1963 que sale por ¡10.000 euros! La pena es que su precio estimado está entre 70.000 y 100.000 euros. Todavía más sorprendente es el Citroën SM de 1972 que parte en 5.000 euros y que esperan vender entre los 25.000 y 40.000 euros.
Más de 30 años dedicado al periodismo del motor y el estilo de vida que siempre ha acompañado al automóvil, primero como director de tres publicaciones y ahora como colaborador. Por mucho que se empeñen en hacernos creer que los coches son simples instrumentos de movilidad, para mí son verdaderas obras de arte que provocan emociones y el primer artefacto moderno que proporcionó a la mayoría de la humanidad una forma real de libertad y de conocimiento de otros mundos, mucho antes de que existiera Internet.
