Cada vez que alguna startup anuncia las pruebas de su primer coche volador la noticia se convierte en protagonista en todos los medios de comunicación. Parece que ya no nos resulta suficiente que nuestros coches sean cada vez más avanzados, tecnológicos y eficientes, ahora también queremos que vuelen, aunque en esa transición dejen de ser coches para convertirse en otra clase de artefactos. Hace décadas que el cine nos hace soñar con los coches voladores, desde el entrañable Chitty Chitty Bang Bang de principios de los 60, hasta el Spinner del Blade Runner de los 80, que se ambientaba en el “pasado” 2019, sin olvidar el emblemático DeLorean de Regreso al futuro o los vehículos voladores de El quinto elemento. Está claro que volar con un volante entre las manos es la próxima frontera del automóvil, aunque no sabemos lo cercana que estará.

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Renaud Marion//Car and Driver

Pues con esa idea en la cabeza el artista francés Renaud Marion ha hecho realidad esos sueños de infancia (y de muchos adultos) con sus obras de la colección Air Drive. La primera fue una serie de nueve fotografías de los más famosos vehículos clásicos de los años 50, 60 y 70 que parecen flotar serenamente sobre el suelo y que incluso sin ruedas mantienen intacto su espectacular atractivo. La inspiración de este fotógrafo, que empezó como grafitero, viene de todo aquello que imaginaba de niño, de las películas de ciencia-ficción y de las ilustraciones y cómics de artistas franceses tan importantes como el dibujante e ilustrador Jean Giraud, más conocido como Moebius, que ha participado en películas tan emblemáticas como Dune, Tron o Alien.

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Renaud Marion//Car and Driver

Los primeros nueve protagonistas de esta serie fueron modelos tan reconocibles como el Aston Martin DB5, el Jaguar E-Type, el Mercedes 300 SL o el Porsche 356 a los que se unieron después otros como el Ford Mustang, el Citroën DS o el Mercedes SL “Pagoda”. Las primeras fotografías, anteriores a la serie Air Drive, las hizo en Ginebra con coches reales que encontraba aparcados ya que no quería utilizar miniaturas. Tras un laborioso proceso de retoque digital los transformó en voladores y les hizo desaparecer las ruedas. Cuando subió a Internet esas primeras imágenes, la reacción fue tan positiva que muchos propietarios de algunos de estos coches clásicos le ofrecieron sus vehículos para que los “transformara”… pero solo digitalmente claro.

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Renaud Marion//Car and Driver

Segunda serie Air Drive

El éxito de esas primeras fotografías fue tan rotundo que incluso Leica le cedió la cámara con la que trabajar en la primera tanda de nueve modelos de la serie Air Drive, esta vez en París y que implicó la tarea de buscar los ‘decorados’ para fotografiarlos. Necesitaba espacios en los que no hubiera coches ni gente, utilizando edificios brutalistas y entornos absolutamente neutros como fondo. En estos universos aparentemente impersonales y fríos los transportes retrofuturistas creados por Marion a partir de los vehículos clásicos parecen aportar serenidad con forma de levitar sobre el suelo. El artista aseguró en la presentación de la primera serie de Air Drive que poder conducir uno de estos coches voladores antes de morir. Al fin y al cambo seguro que nadie pudo imaginar hace unos años que podríamos ponernos al volante de un Jaguar E-Type, Un Aston Martin DB5 o un Rolls Royce Phantom de 1955 movidos por silenciosos y limpios motores eléctricos.

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Renaud Marion//Car and Driver