Al Toyota hay que reconocerle la virtud de la ingenuidad: nadie diría que bajo su apariencia de recatado utilitario se esconde un espacio trasero en el que desatar pasiones encendidas gracias al tamaño del asiento y el espacio para los pies.

Lamentablemente las plazas delanteras no son tan románticas porque ni la altura al techo, ni el reclinado de los asientos o el espacio hasta el salpicadero nos dejaron satisfechos.

LO MEJOR
Fue un placer conocer su asiento trasero

LO PEOR
Por delante no tiene tanta gracia

¿Qué coche es mejor para... el sexo?

Lettermark
Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.