El hidroplaneo, o aquaplaning, es un fenómeno peligroso que ocurre al conducir el coche con lluvia pues el agua hace que los neumáticos del automóvil pierdan contacto con la superficie de la carretera. Ya sea que dure un instante o varios segundos, el aquaplaning es una indicación contundente de que has perdido toda la tracción disponible. En esos momentos, eres para todos los efectos un mero pasajero. Da miedo. Por ello, toca descubrir cómo sucede, cómo evitarlo y qué hacer cuando nuestro coche sufre este efecto tan indeseado.

¿Por qué se produce el aquaplaning?

Piensa en las ranuras de tus neumáticos como acueductos en miniatura. Bombean agua lejos de la zona de contacto (donde la goma literalmente se encuentra con el asfalto) a una velocidad increíble. Continental estima que, a unos 80 km/h, el neumático nuevo promedio puede desplazar casi 30 litros de agua por segundo. Eso es mucho pedir de una pequeña pieza de goma que opera en un área aproximadamente del tamaño de la mano extendida de un hombre adulto. Cuando un neumático no puede evacuar el agua lo suficientemente rápido, la zona de contacto comienza a moverse sobre la superficie del agua, no sobre la carretera, y es ahí cuando surge el aquaplanning. ¿Alguna vez has pisado un charco grande que era mucho más profundo de lo que esperabas, solo para sentir que el volante se aligera en tus manos? Esa pérdida repentina de retroalimentación es la forma en que experimentas este fenómeno.

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Muchos factores influyen en la capacidad de un neumático para resistir el aquaplaning. La profundidad de su dibujo es la más importante. Cuanto más profundos sean esos surcos, más agua pueden evacuar. Según Tire Rack, la mayoría de las gomas nuevas tienen una profundidad inferior a los 8 milímetros. A medida que el neumático se desgasta, esa cifra disminuye y su potencial para sufrir aquaplaning aumenta. Cuando la profundidad de la banda de rodadura es de solo 1,6 milímetros, el mínimo legal en la mayoría de los países, se deben reemplazar los neumáticos porque el peligro de sufrir este fenómeno aumenta considerablemente. Es fácil detectar gomas muy lisas: están totalmente desgastadas cuando las ranuras de la banda de rodadura se han desvanecido casi por completo o si nota que se ven los testigos de desgaste (tiras de caucho que cruzan el ancho del neumático a 90 grados de las ranuras). Estas son algunas de las claves para saber cuándo cambiar las ruedas del coche.

Para estar seguro de la profundidad de la banda de rodadura, coge una moneda de un euro y colócala verticalmente en cada una de las ranuras circunferenciales. Si el aro dorado queda al descubierto, tus neumáticos están en la profundidad mínima legal de la banda de rodadura o por debajo de ella, lo que aumenta la probabilidad de aquaplaning a alta velocidad. Si el aro dorado queda cubierto, todavía te quedan kilómetros por delante. (También puede medir la profundidad de la banda de rodadura con un medidor de profundidad de la banda de rodadura, como se muestra en la foto adjunta. Están disponibles en las tiendas de repuestos y en algunos distribuidores de neumáticos). Ten en cuenta que los neumáticos tienden a desgastarse de manera desigual, así que conviene revisar todas las ranuras. Si solo una ranura está por debajo del mínimo legal, es mejor reemplazar la goma. La rotación regular de los neumáticos garantiza un desgaste uniforme.

Un neumático con una profundidad de dibujo adecuada siempre resistirá mejor el aquaplaning que uno desgastado.

El diseño de la banda de rodadura de un neumático no es un indicador visual preciso de su capacidad para resistir el aquaplaning. El rendimiento sobre mojado tampoco es una medida única para todos. Varios compuestos de caucho brindan diferentes cantidades de tracción según la temperatura y la superficie de la carretera. Incluso el mismo modelo de neumático puede funcionar de manera diferente en diferentes tamaños y en diferentes vehículos. La única constante en la que puedes confiar es que un neumático con una profundidad de dibujo adecuada siempre resistirá mejor este fenómeno que un neumático idéntico con una profundidad de dibujo inferior a la mínima aceptable. Por cierto, ¿sabes cómo mirar la presión de las ruedas del coche?

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¿Cómo disminuir las posibilidades de aquaplaning?

Hay dos cosas que puedes hacer para minimizar la posibilidad de que tu coche sufra aquaplaning: mantener la presión adecuada de los neumáticos y una velocidad conveniente para las condiciones de lluvia de la carretera. Los neumáticos desinflados pueden ser más propensos a sufrirlo, mientras que los demasiado inflados pueden reducir el agarre en cualquier situación. Conducir rápido aumenta la velocidad a la que tus gomas deben bombear agua, y si excede su capacidad, a menos que seas un piloto de Fórmula 1 (cuyos neumáticos pueden dispersar hasta 65 litros por segundo a velocidades de tres dígitos), sufrirás aquaplaning. Así que reduce la velocidad y, a pesar de que tu niño interior te diga que pises cada charco, intenta evitar el agua estancada siempre que puedas hacerlo con seguridad. Esto reducirá la posibilidad de perder el control del vehículo y disminuirá la gravedad del fenómeno si llega a suceder.

El estado de la superficie de la carretera también influye en el aquaplaning. Una vía moderna y bien asfaltada está coronada y se inclina hacia los arcenes para ayudar en la evacuación del agua. Pero ¿cuántas de esas están realmente en tu ciudad? Idealmente, deberías observar la pendiente, las ondulaciones y cualquier depresión de la carretera donde el agua pueda acumularse e inundar la superficie mientras conduces bajo la lluvia. En otras palabras, presta atención y mira hacia adelante. No se recomienda usar el control de crucero bajo la lluvia porque realmente necesita poder ajustar tu velocidad al instante. Además, recuerda que conducir inmediatamente después de una tormenta puede ser peligroso porque los aceites del asfalto pueden acumularse en la superficie de la carretera. Y ya que hablamos de este fluido, ¿sabes qué tipo de aceite lleva tu coche?

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¿Qué hacer en caso de aquaplaning?

A pesar de todo eso, en algún momento puedes encontrarte con que tu coche está sufriendo aquaplaning. ¿Ahora que? Si estás en medio de una curva, sentirás que el automóvil subvira marcadamente, desplazándose hacia el arcén. ¿Cómo puedes recuperar el control? El ESP podría detectar la pérdida de motricidad y corregir un derrape aplicando frenos de forma individual o incluso cortando la potencia. Pero una vez que esté rozando la superficie del agua, como en el hielo, es posible que incluso la mejor electrónica no te salve a tiempo. Si el estado de los neumáticos y la velocidad son razonables, generalmente podrás superar un evento de aquaplaning durante el par de segundos que supone llegar a una sección de la carretera sin agua estancada. Hasta que recuperes la tracción, realmente no tienes control. Por eso el pánico es inapropiado al volante; hay una buena posibilidad de que puedas recuperar el control suficiente como para evitar o minimizar las consecuencias incluso cuando las cosas se ponen aterradoras. Y ya que hablamos de control, ¿conoces a los coches con tracción total más sorprendentes?

Ya sea que estés en un camino recto o con curvas, tienes muchas más posibilidades de recuperar la tracción si mantienes la calma y haces los movimientos correctos.

Ya sea que estés en una carretera recta o con curvas, tienes muchas más posibilidades de recuperarte del aquaplaning si mantienes la calma y haces los movimientos correctos. A la primera señal, suelta el acelerador e intenta girar en la dirección en la que deseas viajar, haciéndolo con mucha suavidad. Los movimientos bruscos de la dirección pueden inducir un derrape, al igual que frenar repentinamente. La aplicación suave de los frenos mientras giras está bien en automóviles equipados con frenos antibloqueo (ABS). Si las maniobras suaves en la dirección no tienen efecto, deja de girar el volante. Espera a que los neumáticos delanteros muerdan; confía en nosotros, lo sentirás. Todo esto sucede en segundos, por lo que cualquier maniobra de pánico podría provocar un trompo, incluso cuando se trate de coches con neumáticos deportivos.

A medida que disminuyas la velocidad, los neumáticos recuperarán rápidamente el contacto con la carretera. Sigue disminuyendo el ritmo y recuerda lo que sentiste. No es bueno, ¿verdad? Pero ahora ya sabes qué hacer cuando tu coche sufre aquaplaning: mira hacia adelante. Reduce la velocidad. Si llegas a aguas profundas, suelta el acelerador y gira y frena suavemente. Y asegúrate de que tus neumáticos tengan la profundidad adecuada de la banda de rodadura y estén correctamente inflados. Con suficiente preparación y sentido común, puedes evitar este fenómeno, o al menos estar preparado para enfrentarlo cuando suceda.

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Clifford Atiyeh
Contributing Editor

Clifford Atiyeh is a reporter and photographer for Car and Driver, specializing in business, government, and litigation news. He is president of the New England Motor Press Association and committed to saving both manuals and old Volvos.

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Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta