Últimamente asistimos a una tendencia que se ha instalado en los fabricantes consistente en renovar sus automóviles de forma sutil pasados dos o tres años desde que lanzan al mercado. Ligeros cambios estéticos (que normalmente recaen en las parrillas y los parachoques), sistemas de iluminación (con luces diurnas de led), propulsores más eficientes y nuevos equipamientos son los pasos a seguir de esta fórmula y que Opel ha aplicado a rajatabla en su Insignia. La berlina que tan buen resultado comercial le está dando refresca su imagen con un nuevo color de tono azulado, llantas multirradio, dos equipos multimedia de gama alta (Navi 600 y Navi 900), un sistema que alerta de posibles colisiones frontales (funciona a través del Opel Eye, el chivato que reconoce las señales de tráfico) y un tapizado en piel Nappa exclusivo, todos ellos como equipamiento opcional o de serie en función del acabado que se elija.

A primeros de septiembre tendremos oportunidad de conocer de primera mano todas estas novedades en Frankfurt, días antes de la celebración del Salón del Automóvil, y de las que ampliaremos al información

En el apartado mecánico la cosa no queda atrás. Para empezar se añade una dirección eléctrica que facilita las maniobras al conductor y reduce el consumo de carburante (el motor que se encarga de asistirla recibe la energía del propulsor del coche), se continúa con la incorporación de un nuevo gasolina 1.4 turbo ecoFlex de 140 caballos (consumo medio de 5,7 litros a los 100; aceleración de 0 a 100 kilómetros/hora en 10,9 segundos y una punta de 205 kilómetros/hora) y se finaliza con una optimización de los gasolina ‘gordos’: el 2.0i turbo de 220 caballos añade el Start&Stop, neumáticos de baja resistencia a la rodadura y bajos carenados (Opel declara que con estas medidas se ahorra hasta un litro cada 100 kilómetros en ciudad; el consumo medio se queda en 7,6 litros a los 100) mientras que la tracción integral sólo está disponible con el 2.0i turbo de 250 caballos (es una variante potenciada del bloque de 220 caballos), que presenta a su vez las mismas soluciones ‘eco’ que el anterior (8,4 litros a los 100 y una velocidad máxima limitada a 250 kilómetros/hora)