Al primer vistazo el nuevo Polo evidencia un cambio de filosofía claro. La llegada a su segmento de rivales tan bien dotados como el Alfa MiTo o el renovado Peugeot 207, le han obligado a atender aspectos antes secundarios, como la conducción deportiva, el espacio interior o la imagen. Ahora su diseño tiene la misma garra que un Scirocco o un Golf VI, su crecimiento ha sido notable -es 36 milímetros más largo, 32 más ancho y 13 más bajo que antes- y lo mejor está aún por contar: ¡cómo marcha en carretera!


Conducción

Decididos a probar la versión más eficaz de cuantas se ofrecen en la gama actual, nos quedamos con el 1.6 TDI en su variante de 90 caballos pero asociado a un cambio automático de doble embrague DSG, de siete velocidades. Pronto Volkswagen ofrecerá en este modelo una versión de 105 caballos con este mismo motor y cambio manual.

En cualquier caso, conscientes de que probamos el Polo más caro de la gama, con opciones como la suspensión deportiva (130 euros) y las llantas de 16 pulgadas (235 euros) incluidas, nos esperábamos un tren de rodaje similar al de un Polo GTI de la generación anterior. Sin embargo, nos encontramos con un coche todavía más duro y con un paso por curva mejor. El nuevo bastidor mantiene el mismo esquema de suspensiones: McPherson en el eje delantero y de brazos acoplados en el trasero, pero gana 30 milímetros en el ancho entre vías y su batalla también crece hasta los 2.470 mm. Además, las nuevas proporciones de la carrocería y su mayor ligereza -un 7,5% según informa la marca- favorecen este buen comportamiento dinámico.

El control de estabilidad ESP es de serie en toda la gama, un detalle que sí incorporaban ya la mayoría de coches de este tipo, pero no el Polo anterior.

En zonas sinuosas destaca por estabilidad y nobleza de reacciones y sólo manifiesta cierta tendencia al subviraje en las curvas más cerradas. En este sentido no es tan ágil como los MiTo, Mini o 207, pero sí ofrece un punto más de aplomo y confianza al conductor. Marcha algo mejor amortiguado que un Seat Ibiza y permite un guiado más preciso gracias a una dirección muy directa -como antes no era habitual en este segmento- y a una eficacia de frenado superior a la de sus rivales mencionados.

Mecánica

El motor 1.6 TDI remplaza al reconocido bloque 1.9 para rebajar el consumo y disminuir la sonoridad del mismo. En ambos aspectos el nuevo motor cumple debidamente. Con relación a la última versión del 1.9 TDI rebaja el gasto en 0,2 litros/100 kilómetros según las cifras oficiales -0,3 si optamos por el cambio manual en lugar del DSG- y el nivel sonoro es inferior, sobre todo a alto régimen. A cambio, la respuesta en la parte baja del tacómetro no es satisfactoria y aunque empieza a estirar con energía a partir de las 1.500 vueltas, el rendimiento no es equiparable al del antiguo propulsor ni al de motores como los de PSA o Renault.

En cambio, el DSG de 7 velocidades es muy recomendable porque disimula notablemente estas carencias gracias a que las marchas están bien escalonadas, con una sexta muy larga y una séptima sólo de desahogo, que nos permite reducir el gasto en carretera. Además, es más suave y fácil de llevar que con el cambio manual, con el que también hemos probado este motor y nos pareció que iba lastrado por unos desarrollos largos y se calaba frecuentemente.

En conducción normal lo más común es gastar una media de 4,9 litros/100 kilómetros. Es decir, algo más que un 207 1.6 HDI 90cv y algo menos que un Alfa MiTo 1.3 Multijet 90cv. Por cierto, las prestaciones del italiano también son algo peores, mientras que el francés aventaja a ambos en este apartado.

Confort

A pesar de la dureza de la suspensión y de que la insonorización no es tan correcta como en un compacto, el Polo es un coche suficientemente cómodo para viajar. El interior cumple tanto por espacio como por calidad general y tan sólo nos dejan algo insatisfechos algunas terminaciones como filos cortantes o cables demasiado sobreexpuestos.

Pero en general, la calidad de los materiales empleados lo sitúa entre los coches más exquisitos de su clase. Las formas regulares del habitáculo y el aumento de la batalla y ancho de vías del bastidor suponen una ganancia en espacio interior que se traduce sobre todo en un hueco mayor para las piernas de todos los pasajeros y un maletero más capaz -280 litros ampliables a 952 con los asientos abatidos- y con un práctico doble fondo.

La parte trasera es cómoda y utilizable, hasta tres personas viajarán sin más problemas que los lógicos de anchura, en este aspecto el Polo no ha ganado ni un centímetro.

Pero el principal inconveniente de adquirir un coche tan nuevo y con un incuestionable prestigio de marca, es que a pesar de su precio la mayoría de elementos de equipamiento o son opcionales, o no están todavía disponibles. Por ejemplo, entre los primeros podemos destacar el climatizador, el radio CD con pantalla táctil, los mandos en el volante, las llantas de 16 pulgadas o el sensor de lluvia. En este sentido, el Polo no puede llevar: encendido automático de luces, faros de xenón, espejos retrovisores plegables eléctricamente o conexión Bluetooth para el teléfono móvil. La mayoría de estos elementos están disponibles en coches de menor precio como el Ford Fiesta, el Mazda 2 o el Seat Ibiza.

Veredicto

El Volkswagen Polo Sport 1.6 TDI DSG 90cv tiene un precio de salida considerable: 17.600 euros. Si a esto le sumamos algunos extras necesarios para equiparlo a rivales como el Alfa Romeo MiTo o el Peugeot 207 tendremos un coche que ronda los 18.500 euros. Sin duda, impone, pero hay que destacar que el Volkswagen consume menos y corre más que el Alfa, mientras que este es algo más caro. El 207 es un hueso demasiado duro de roer en este aspecto, pero no puede equipar cambio automático, ni ofrece la calidad general ni la imagen distinguida del Polo, que es una opción más recomendable de lo que pueda parecer en primera instancia.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.