Una vez más Il Doctore vuelve a las andadas y sustituye el manillar de su MotoGP por el volante de un coche de carreras. Esta vez a modo de diversión y para desconectar de todo lo que rodea al campeonato motociclista, ha participado a los mandos de un Ferrari 458 Italia GT3, formado equipo con su inseparable amigo Uccio.
No es la primera vez ni será la última, ya que al campeonísimo italiano le hemos podido ver subido a un Ferrari de Fórmula1, a un Ford Focus WRC o turismos de competición como con el que compitió este fin de semana.
El italiano tomó la salida en la quinta prueba en el circuito de Nürburgring–trazado F1- de la BlancPain Endurance Series, una competición en la que ya disputó la primera carrera a principios de año con un Lamborghini Gallardo en Monza.
El elegido para esta ocasión ha sido un Ferrari 458 Italia GT3 del equipo Kessel. Esta máquina introduce numerosos cambios respecto al modelo de calle. A pesar de contar con 550 caballos -28 menos- debido a la normativa, el par se incrementa hasta los 550 Nm y es 166 kilos más ligero -1.214 kg-. La carrocería incluye numerosos aditamentos aerodinámicos como el alerón trasero y los mayores pasos de rueda delantero y trasero le hacen alcanzar los 2,03 metros de anchura.
Como no podía ser de otra manera el superdeportivo ha recibido una decoración especial para la ocasión a partir de vinilos –puedes ver el proceso en el vídeo- muy similar a la que lleva Rossi en sus cascos en la que los colores chillones y motivos como el sol o la luna son predominantes.
El balance del fin de semana fue discreto ya que el equipo del piloto italiano finalizó en decimonovena posición y fueron novenos en su categoría. De lo que no hay duda es que lo pasaron en grande a los mandos del cavallino. Ya somos muchos a los que nos gustaría ver a Rossi en una competición completa de cuatro ruedas para ver su verdadero potencial. Quién sabe si en un futuro...
