No sabemos si el coche eléctrico será nuestro medio de transporte habitual en el futuro pero de lo que no hay duda es que no es el del presente. Así de claro lo tiene el Ayuntamiento de Madrid que ha analizado la situación actual y ha determinado que “no tiene sentido” seguir con el Plan Movele, el mismo que aproó el Gobierno central en 2010 con el afán de “incentivar el coche eléctrico”.

Entonces, en el año 2010, varios ayuntamientos entre ellos los de Madrid, Barcelona o Sevilla se comprometieron a la instalación de puntos de recarga gratuitos y a la distribución de tarjetas de aparcamiento para zonas de pago, entre otras medidas. El Plan Movele preveía que en 2014 hubiera 50.000 coches eléctricos circulando en España y al término de 2012 fueron 437.

El año pasado se vendieron 272.952 vehículos, un 71% Diesel, un 28% gasolina y sólo un 1% de energías alternativas.

Además, volviendo a centrarnos en el caso de Madrid y tomando como referencia las tarjetas de aparcamiento para eludir los parquímetros, a finales de 2012 en la capital había 376 eléctricos, de los cuales 326 pertenecían a empresas. Si sólo 50 son propiedad de particulares, no es de extrañar que los consumos de luz en los puestos de recarga actuales sean tan bajos. Entre mayo y octubre de 2011 no llegaron a los 300 euros y es que sólo hay uno que sea usado habitualmente por un usuario en la calle Goya.

Ahora la solución pasa por privatizar los 24 puntos de recarga actuales y dejar de instalar los 16 más que había previstos para este año. De momento, los que ya hay instalados seguirán siendo gratuitos a la espera de un nuevo convenio.

Lettermark
Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.