No fue uno de los bólidos de carreras más exitosos de la casa de Stuttgart pero en su variante de calle, el éxito del Porsche 911 GT1 es absolutamente incuestionable. Estamos ante uno de los más modelos más deseados por su espectacularidad y por supuesto, también por su exclusividad. Sólo 20 unidades como éste Strassenversion que estás viendo fueron producidas y muy pocas llegaron a ser matriculadas, algo que lo hace especialmente valioso.
No obstante, el precio alcanzado por esta unidad en cuestión también es noticia en sí mismo. Su nuevo dueño tuvo que poner sobre la mesa 5,66 millones de dólares, unos 5,31 millones de euros al cambio para ver caer el martillo y adjudicarse esta joya de la automoción y la cantidad es tan disparatada como parece, también en términos relativos. Para que os hagáis una idea, el año pasado una de las unidades de carreras, el denominado GT1 Evolution que había sido homologada posteriormente para rodar en carretera, alcanzó un valor de 2,77 millones de euros y fue todo un récord. Anteriormente, en agosto de 2012 un ejemplar idéntico al subastado ahora fue adjudicado en Pebble Beach por 1,175 millones de dólares.
El Porsche 911 GT logró un total de 13 victorias en diferentes carreras de resistencia aunque sus grandes triunfos hay que buscarlos en el Campeonato GT canadiense de los años 1999, 2000 y 2001, pues logró adjudicarse todos ellos. Quizá por este motivo y por su inigualable estética, este modelo sea uno de los más codiciados en Norteamérica. En cualquier caso, tratándose de un coche de 1998 quién sabe si su cotización no ha hecho más que comenzar...
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Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.
