Imagínate que circulas tranquilamente, a algo más de 100 km/h, por una larga recta. Un vistazo al retrovisor izquierdo te sirve para comprobar que nadie te sigue sin embargo, al mirar por el derecho simplemente "por si las moscas" adviertes una mancha negra que se hace cada vez más y más grande. Vuelves a mirar por tu izquierda. Nada. Ahora por el espejo central y… ¡ahí está la mancha de nuevo!

Absolutamente perplejo te diriges a tu amigo, que viaja de copiloto y lleva un rato mirándote con cara de póker y sólo te da tiempo a gritarle: "¡graba, grábalo!" Dicho y hecho, como hoy en día no salimos de casa si no es con un smartphone pegado a la mano derecha, a tu acompañante le sobra tiempo para desenfundarlo e inmortalizar la escena.

Efectivamente no era un pájaro, tampoco era un avión, era el único supercar 4x4 del momento capaz de rodar por un camino de tierra con mayor rapidez y confort que tú con tu Ford Focus por una carretera perfectamente asfaltada. Por supuesto nos referimos al Mercedes G 500 4x4² y aunque el adelantamiento es una auténtica demostración de músculo y digamos que el todoterreno va por 'su carril', no deja de ser una de las mayores imprudencias al volante que hemos visto en los últimos tiempos.

Estamos convencidos que quienes vieron pasar al 4x4² por su derecha nunca olvidarán un adelantamiento que de hecho, está dando la vuelta al mundo en la red. Pero no queremos ni imaginar lo que hubiera pasado si el conductor del Mercedes se encuentra en su camino con cualquier obstáculo en forma de vehículo detenido, tractor, animal o persona. Lo dicho, por muchas capacidades que tenga el coche que conduces, hay saber elegir el lugar para aprovecharlas.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.