Los primeros fogonazos de este nuevo campeonato no han decepcionado. Las profundas restricciones normativas y continuidad en el reglamento favorecen a la igualdad de los monoplazas, que cada vez son más similares. La micro aerodinámica poco a poco va ganando peso.

Neumáticos, adelantamientos, estrategias y un amplio abanico de favoritos ya no constituyen una novedad en esta nueva era. Por contra, un factor que estaba relativamente dormido en los últimos años ha renacido con fuerza. El picante se une a un Mundial al que no le faltan ingredientes. Y es que, en 2013 "arden los garajes".

COMPAÑEROS DE EQUIPO: ENEMIGOS ÍNTIMOS

La relación entre compañeros de equipo constituye una paradoja insalvable. Rivales acérrimos cuando el comportamiento del monoplaza es ultra competitivo, suelen enterrar el hacha de guerra ante resultados discretos.

La dirección que se haya tomado al otro lado del box podría ser la solución a un fin de semana complicado.El reglaje idóneo sigue teniendo un peso mayúsculo en la competitividad del bólido. Al finalizar el Gran Premio de Silverstone 2007, Lewis Hamilton se lamentaba por ello:

"Este fin de semana me he equivocado con la configuración del coche. Me decanté por una diferente a la de Fernando y creo que me ha causado problemas durante la carrera. Normalmente la configuración del coche es muy similar a la de Alonso, pero este fin de semana ha sido ligeramente diferente. No es exactamente igual que la suya, pero casi".

Sin la misma raqueta o balón para todos, el vecino de enfrente es el mejor espejo para evaluar la capacidad de los competidores. La lucha suele ser encarnizada por alcanzar el estatus de primer piloto y evolucionar el prototipo conforme a su estilo de conducción.

Aparentemente las tensas relaciones entre "enemigos íntimos" habían pasado a mejor vida. La dinamita del duelo Alonso-Hamilton daba paso a una guerra fría, que se gestaba fundamentalmente en los hospitalitys de las escuderías. Melbourne y Sepang han puesto en entredicho esta nueva dinámica:

Las caras apesadumbradas del equipo Red Bull al finalizar el Gran Premio de Malasia contrastan con los notables resultados obtenidos hasta la fecha. El doblete malayo, acompañado por el liderato tanto en el Mundial de Constructores como de Pilotos, no maquillaron el conflicto entre Sebastian Vettel y Mark Webber. El púgil alemán atacó ala "zona baja" en carrera, mientras que el australiano se reservó sus mejores ganchos en unarueda de prensa de alto voltaje. La tensión es máxima y futuros roces podrían romper definitivamente la armonía de los austríacos. Adrian Newey y Christian Horner tienen muchos deberes.

Los problemas también crecen en Mercedes, donde Nico Rosberg pedía insistentemente adelantar a su compañero. Ross Brawn se mostró firme y el alemán no pudo saborear el podio. La obediencia fue bien recibida en la escudería, aunque todo podría saltar por los aires sí, llegado el caso contrario, Hamilton no mantuviese su posición. Una pareja que, presumiblemente, dará mucho de qué hablar en las próximas carreras.

En Ferrari el clima parece más cálido. A pesar del último infortunio, Fernando Alonso continúa con máximas opciones de conquistar el título y Felipe Massa mantiene el rendimiento con el que finalizó 2012. El único pero radica en la regularidad del paulista: sus pulsaciones se disparan cuando huele el alerón de su compañero, agresividad que cae en picado cuando pierde de vista al español. En Sepang desaprovechó una buena oportunidad para optar a la victoria. ¿Síndrome del "teammate"?.

Al mismo tiempo, Malasia nos deparó compañeros de equipo que también se convirtieron en camaradas del infortunio. El sistema de tuercas de Force India provocó que Paul di Resta y Adrian Sutil abandonasen la prueba. El duelo está servido y las primeras chispas saltaron tras cruzar la meta en Melbourne, donde el escocés —que terminó pegado al alemán— se mostrócontrariado con las ordenes del box. "Al final, el séptimo lugar debería haber sido mío. Es una decepción". Vijay Mallya se frota las manos.

PRÓXIMA ESTACIÓN: SHANGHÁI

Shanghái y acto seguido Bahréin, serán las últimas estaciones antes de iniciar la gira europea. El trazado chino cumple con todas las premisas de la "factoría Tilke". Un asfalto ancho que da paso a una interminable primera curva, donde la tracción desempeña un papel crucial. La carga aerodinámica y velocidad punta se dejarán ver en los demás sectores, poniendo en un verdadero compromiso la puesta a punto del monoplaza.

Los equipos continúan con su programa de desarrollo y las primeras evoluciones harán acto de presencia, como confirmaba Stefano Domenicali: "Es evidente que Shanghái es un circuito muy diferente a los anteriores. Allí tendremos nuevas evoluciones para el monoplaza, y tenemos que sacarles el máximo partido para beneficiarnos de todas las posibilidades que nos ofrezca el paquete de mejoras".

Red Bull y Mercedes contra Lotus y Ferrari. Clasificación meteórica contra ritmo de crucero en carrera.Las peculiaridades de Albert Park y la lluvia en Sepang hanimpedido hasta ahora establecer un orden jerárquico en la parrilla. El Gran Premio de China, con condiciones más estables, puede comenzar a darnos indicios.

Los compañeros de equipo volverán a encontrarse, y dispondrán de un ring perfecto reiniciar el espectáculo.