En su página oficial, Rubens escribía sobre la cita en Indianápolis: "Fue diferente a todo lo que había hecho antes. Realmente me gustó y estoy muy contento porque la escudería me puso delante para ser capaz de disputar mi primera carrera de IndyCar en Indianápolis".

Barrichello terminó undécimo, beneficiándose del accidente de su compañero de equipo en la escudería KV Racing, Takuma Sato, que perdió el control en la última vuelta al intentar adelantar al líder. Rubens llegó tres décimas por detrás de su compatriota y anterior campeón, Helio Castroneves.

"Me siento muy honrado porque mi equipo lo ha hecho todo bien. Después de esta carrera les tengo incluso más respeto a lo que estos tíos hacen aquí. Mi equipo hizo un trabajo excelente. Estoy muy orgulloso; he tenido una tarde maravillosa", añadía el brasileño.

La alegría también se traduce en cifras económicas: mientras que el ganador, el escocés Dario Franchitti, se embolsó 2,4 millones de dólares (unos dos millones de euros), el undécimo lugar de Barrichello se traduce en 331.000 dólares (unos 267.000 euros). El debut de Barrichello en la Indy 500 coincide con el décimo aniversario de su victoria para Ferrari en el Gran Premio de Estados Unidos de Fórmula 1, que se disputó en este mismo circuito en 2002.