- Porsche 911 Carrera RS 2.7: probamos el 'nueveonce' más icónico por su 50 aniversario
- Al volante del Lamborghini Huracán Sterrato: rendido a sus pies
Un millón de euros es mucho dinero para un coche. Para la mayoría de la gente normal y también para aquellos más pudientes, es una cantidad insondable para un automóvil. Entonces, cuando la gente me pregunta si algo que he conducido “merece valer” un millón de euros o más, ¿cómo puedo responder eso? Como un entusiasta de los automóviles relativamente rico, de unos 40 años y sin hijos, que ha logrado gastar demasiado dinero en automóviles, probablemente estoy más cerca que muchos de poder entender esa pregunta. Y hasta a mí me parece absurdo. Estar en el uno por ciento no te permite conseguir un coche de un millón. Necesitas estar en el 0,1 por ciento o en el 0,01 por ciento para estar en ese nivel. Necesitas poseer cosas, como corporaciones, derechos de sindicación y algunos políticos. Alguien (probablemente mucha gente) en esa línea no tiene la calidad de vida que debería para poder gastar el buen dinero de la casa en un juguete.
Al mismo tiempo, los artesanos que construyen automóviles que se venden por más de un millón no son las mismas personas que los compran. Constructores de motores, moldeadores de fibra de carbono, optimizadores de software, peleteros: estas personas trabajan para ganarse la vida, con las manos, las rodillas, contorsionadas en los compartimentos del motor y los espacios para los pies, y probablemente tendrían que trabajar varias vidas para llevarse los frutos de su labor a casa. Zapateros sin zapatos y todo eso.
No puedo imaginar un escenario en el que pudiera permitirme un Gunther Werks Turbo, pero después de conducirlo, os diré esto: si tuviera el dinero para cualquier automóvil a este precio, esta máquina es la que querría. Cumple todos los requisitos si eres el tipo de conductor que ha conducido todo lo demás.
Ahí está la potencia. Directo al grano, es una completa locura. El impresionante motor Rothsport biturbo de 4.0 litros, refrigerado por aire con un ventilador horizontal, tiene todos los trucos disponibles, desde la moderna gestión del motor hasta los intercooler gemelos de aire a agua y los cuerpos de aceleración individuales. Se puede decir que es como un motor 935 o 962, excepto que en realidad tiene más potencia y es más utilizable en la calle. Produce 750 caballos de potencia y 881 Nm de par máximo con 91 octanos, lo cual es una perspectiva aterradora en un automóvil de tracción trasera y 1.212 kilos. Y, sin embargo, aunque este no debería ser el primer Porsche de nadie, es completamente controlable y sólo hace lo que le dicen los pies y las manos. Los caballos de potencia de Porsche refrigerados por aire son, con diferencia, los más caros que el dinero puede comprar. De hecho, es raro utilizar algo tan potente que sea realmente manejable en la calle, en el tráfico, muy por debajo del límite. Me han dicho que el motor cuesta un cuarto de millón por sí solo, lo cual, míralo y dime, ¿no crees esa cifra? Y si no lo crees por la foto, busca la manera de venir hasta aquí. Trae un pañal.
Y luego está el comportamiento. Afortunadamente, esto es algo que Gunther resolvió principalmente con su línea 400R de aspiración natural. Al utilizar geometrías del 993 GT2 aplicadas a un automóvil de calle, con llantas de carbono y una suspensión controlada electrónicamente con depósito independiente JRZ patentada, el Turbo logra un manejo espectacular combinado con una calidad de rodadura sorprendentemente buena. Incluso hay un sistema de elevación del morro para hacer que las vías de acceso y los badenes de Los Ángeles sean manejables. No me malinterpretes; este no es el coche para uso diario ideal, especialmente para un oligarca, pero considerando que parece un coche de carreras, es impresionantemente utilizable. Y no es sólo rápido, es jodidamente rápido. Pilotado por Patrick Long (y alimentado con combustible de 100 octanos), este mismo modelo estableció un récord en el evento Laguna Seca Corkscrew Hillclimb del otoño pasado, superando a un Ferrari SF90 y un Lotus Type 77 F1 de 1975.
El término “impresionante” se extiende al resto del coche. El embrague es impresionantemente ligero, incluso más que el del 993 Turbo en el que se basa este coche. Esa es una hazaña considerando cuánta potencia se espera que soporte este componente. Asimismo, está la caja de cambios de seis velocidades hecha a medida, que no requiere más esfuerzo que el de un coche de calle corriente. La dirección es más pesada que la unidad asistida de los noventa de un 993 original, pero más ligera que los modelos con carrocería G más antiguos. Y sigue siendo, en su mayor parte, un 911 de los noventa, por lo que tiene el tamaño adecuado, con gran visibilidad, un diseño agradable y, al menos una vez terminado, un hermoso interior.
Los únicos inconvenientes reales son el radio de giro, que, como era de esperar, es horrible dados los ensanchados pasos de rueda frontales y los neumáticos delanteros de 295 milímetros de sección, además del precio.
Esta unidad, al ser una mula de pruebas en el verdadero sentido de la palabra, le faltan algunas cosas. La carrocería no está del todo bien y tiene una rotulación barata. No hay freno de mano, climatizador ni radio. Las puertas ni siquiera cierran. Los espejos eléctricos no funcionan y hay poco menos de la mitad del interior. Y, francamente, no me importa. El coche se conduce tan bien que yo lo compraría así. Podría argumentar racionalmente que lo preferiría así. Podría apoyarme en él, estacionarlo en cualquier lugar y ensuciarlo y mojarlo, y no importaría porque es feo y desalineado. Los ejemplares terminados no serán feos. Hemos visto el trabajo de Gunther antes y es impresionante. Los coches son obras de arte rodantes.
La conclusión es que no puedo permitirme gastar un millón en un automóvil y, en mi vida, probablemente nunca lo haga. Tengo una colección de coches y, francamente, si tuviera la oportunidad de conseguir un Gunther Werks Turbo, los vendería todos para pagarlo (desafortunadamente, todavía me quedaría corto). Es así de bueno. Desde la velocidad, el comportamiento, la usabilidad, la apariencia y los materiales, hasta el arte, el Gunther Werks Turbo satisface todos los deseos.
Ve el vídeo. Míralo avanzar por la carretera, escucha los turbos girar y capta la forma y el sonido. Tú, como yo, puedes rehuir ante lo que se necesita para ser lo suficientemente rico como para gastar siete cifras en un automóvil, pero tal vez, como yo, puedas identificarte con la idea de que si tuvieras esa cantidad de dinero, aquí es exactamente donde lo emplearías.
Y tal vez tú, como yo, pienses que quizás las personas que idearon esto y lo ejecutaron deberían estar cosechando los frutos de su trabajo.
