Con las Navidades ya lejanas en el recuerdo, la Semana Santa es uno de los periodos vacacionales más ansiados. Ello favorece que aprovechemos la más mínima oportunidad para viajar o, al menos, concedernos una pequeña escapada en la medida de nuestras posibilidades.

Lo anterior lleva a que este periodo vacacional sea, quizá, uno de los más delicados en lo que respecta a la seguridad vial. Y es que al gran número de desplazamientos que tienen lugar en estos días se le pueden (y deben) sumar otros muchos factores, como la meteorología cambiante tan típica de las fechas o las particularidades de la primavera que ya está comenzando. Así que, si eres uno de los millones de conductores que se lanzarán a la carretera esta semana, toma nota de lo que deberías tener en cuenta para que nada estropee tu disfrute.

Conducción en Semana Santa: los 6 factores clave

El primero de estos 6 factores tiene que ver con la luz. La climatología cambiante de esta época del año propicia que sea posible vivir múltiples condiciones lumínicas en un mismo día de viaje, desde un sol refulgente hasta cielos encapotados de nubes o, incluso, intempestivas cortinas de granizo.

Por ello, se vuelve primordial hacer un buen uso de los parasoles del coche o, aún mejor, de unas gafas de sol aptas para conducir, es decir, con cristales adaptados a nuestra visión y un tintado que no deforme los colores naturales del entorno. Asimismo, por muy sucio que llevemos el parabrisas, mientras tengamos el sol de cara debemos evitar la tentación de utilizar el limpiaparabrisas ya que, si lo hacemos, no veremos nada durante unos largos segundos.

conduccion semana santapinterest
Carglass

Por desgracia para los más devotos, las lluvias abundantes en Semana Santa son muy habituales y, al volante, suponen una merma sensible de la visibilidad. La principal razón es el efecto de distorsión visual que genera el agua sobre el vidrio del parabrisas, la cual en casos extremos puede llevarnos a apreciar erróneamente los obstáculos y nuestra distancia a ellos, incluso con los limpiaparabrisas a pleno funcionamiento.

Algo similar ocurre en estas condiciones con los modernos sistemas de ayuda a la conducción. En opinión de expertos como los técnicos de Carglass, las capas de agua pueden afectar a la captación que realizan las cámaras y sensores del vehículo, alterando a su vez la precisión de estos sistemas. Un aspecto que hay que tomar en cuenta a la hora de utilizarlos, además de cuidar la limpieza de las zonas sensibles como el alojamiento de la cámara frontal en el parabrisas.

conduccion semana santapinterest
Carglass

Con el comienzo de la primavera, empieza también a aumentar la proporción de partículas de polvo y polen suspendidas en el aire. Ambas pueden generar una capa de suciedad sobre los cristales que, si se mezcla con agua de lluvia, da lugar a un lodo fino que podemos extender involuntariamente con los limpiaparabrisas, sobre todo si éstos se encuentran en mal estado. En esta situación, hay que elegir bien el momento adecuado para utilizarlos ya que, entre barrido y barrido, dejaremos de ver bien durante algunos segundos.

El polen, por su parte, puede afectar a la visión y la concentración de los conductores alérgicos, por lo que no está de más incluir un vistazo al filtro del habitáculo en nuestra revisión previa al viaje. No en vano, cinco segundos de estornudos continuados a 90 km/h (con o sin mucosidades) implica recorrer más de 125 metros sin prestar atención a la carretera.

conduccion semana santapinterest
Carglass

La propia productora de este polen, la vegetación que resurge tras el invierno, puede igualmente representar un desafío. Muchos arbustos al borde de la carretera pueden bloquear nuestra visibilidad y ocultar, por ejemplo, vehículos y peatones próximos a nosotros o un obstáculo que deberemos negociar.

El incremento de la flora viene acompañado por uno similar de la fauna, en especial de pájaros que pueden llenar nuestros cristales con excrementos que dificultan la visión y son complicados de limpiar, y de insectos que terminan inmolados contra el parabrisas, dejando restos que es mejor eliminar antes de que se resequen.

Por último, pero no por ello menos importante, hay que recordar una vez más que en Semana Santa los desplazamientos por carretera se multiplican y concentran en espacio de muy pocos días, lo que propicia una gran densidad de tráfico, especialmente en las zonas de costa o de marcado interés turístico. En esas situaciones, lo más conveniente es controlar los nervios y ser comprensivos con aquellos conductores que nos encontremos con dudas al circular por entornos desconocidos.