Con el vídeo en silencio, todavía tiene sentido. Si le pones sonido, deja de tenerlo. Como película muda, ver un Subaru Impreza STI de mediados de los 2000 deslizándose de curva a curva lanzando gravilla desde sus cuatro ruedas es algo ya visto. Y divertido, podría decirse, tanto quizá como para animarte a inscribirte en un cursillo de rally.

Pero entonces haces clic en el icono del altavoz y el alarido de un V8 europeo con su cigüeñal plano hace que se te funda el cerebro y se te escape, licuado, por el hueco de los oídos.

El ojo te dice coche de rally, el oído te dice Ferrari. Algo no cuadra. ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué clase de perturbado se pone a mezclar semejantes ingredientes? ¿Es acaso legal hacer algo así?

subaru wrx with ferrari engine
YouTube - Sam Albert

"¿La inspiración? Bueno, supongo que al diablo le gusta jugar con las manos ociosas", contesta Sam Albert, el constructor y piloto de lo que debe ser el único Subaru de rallys con motor Ferrari de todo el planeta.

Y sí, este chisme es legal. Este 'rompegravilla' con ínfulas de Módena no sólo cumple con el reglamento de la American Rally Association (ARA) para su clase Open 4WD, incluso está matriculado para circular por la calle. Es un requisito que se exige a los coches de rally y, en su última iteración, este STI de 2004 lo es.

Este coche, en origen, fue el que introdujo a Albert en la especialidad allá por 2010, llegando a conseguir un tercer puesto absoluto (y segundo de su clase) en el campeonato nacional ARA, consiguiendo suficientes puntos en EE UU y Canadá para ganar la North American Rally Cup.

Aquella campaña estuvo patrocinada por Dirtfish, por tanto parece muy coherente que Albert trajese su creación más reciente a esta conocida escuela de rally de Snoqualmie para su primera prueba. Por desgracia, al correr durante lo que debería haber sido una clase para la formación de instructores, terminó siendo la distracción de la jornada.

ferrari powered wrx at dirtfish rally school in snoqualmie washington
YouTube - Sam Albert

"Fue todo un entretenimiento", cuenta Albert. "La gente me decía que su eco llegaba más allá de las montañas".

Albert es oficial en las fuerzas especiales, y en un principio comenzó a desarrollar la idea del proyecto durante una misión en el extranjero en 2019. Un motor EJ con el turbo bridado produce un par respetable, pero se queda algo más 'ahogado' en la parte alta del cuentavueltas. Ahí no es suficientemente rápido ni divertido. En sus ratos libres, Albert escudriñó el reglamento del ARA y comprobó viejos vídeos de prototipos para rally y subidas. Y encontró que el reglamento no imponía bridas a ningún motor atmosférico de menos de 4,5 litros de cilindrada. Ahí empezó a gestarse la idea.

Lanzado en 2009, el Ferrari 458 fue la primera 'berlinetta' de Ferrari dotada con inyección directa. Su V8 de 4,5 litros entrega 562 CV a 9.000 RPM, un rendimiento por litro que sólo pueden igualar el Honda S2000 o el 911 GT3. Por desgracia, rebuscando Albert comprobó que un motor F126 V8 usado de un 458 podía costar más de 30.000 dólares (28.264 euros).

Siendo un corredor privado con presupuesto limitado, era algo inasumible. El ARA ha ido evolucionando hacia el empleo de los R5 y WRC europeos que son rápidos, seguros y fiables pero cuyos costes de compra y mantenimiento están fuera del alcance de la mayoría de pilotos amateur. Para que un Subaru de casi 20 años se acerque a esas bestias, iba a hacer falta una creatividad razonable.

Y aquí es donde entra uno de los Ferraris más sosos desde el Mondial. El California fue una vez el superventas de Maranello, pero eso no significa que aclamemos su aspecto absurdo o su imagen de coche de paseo por la playa. Su V8 4.3 es prácticamente un 'primo' del motor del 458, sólo que vestido con un 'traje' pensado para los amantes del bienestar de Los Ángeles.

ferrari engine in wrx rally car
Courtesy of Dirtfish - Romain Beaulieu

Unos propietarios poco cuidadosos y seguidores de las modas provocan que el F136IB V8 cueste un tercio con respecto a la variante más potente del 458. Y con 454 CV y ese cigüeñal plano, el motor del California sea más que suficiente para este trabajo sucio. Albert encontró uno en Michigan y pronto lo envió a su hogar en Portland.

Llegados hasta aquí, la audacia del proyecto requiere un inciso. La única investigación que hizo Albert antes de ponerse con este 'swap' fue echarle un ojo al motor del Maserati Quattroporte de su vecino. Ese V8 parece que encaja. Es posible. Seguro que sí. OK, voy a comprar uno.

El motor llegó en diciembre de 2021, y el siguiente paso fue hallar un taller con espacio suficiente. Esto llevó meses hasta que, en el verano de 2022, Albert pudo conseguir un espacio en Primitive Racing, en Oregón, un fabricante de cubrecárter y especialista en Subaru.

Con el bóxer EJ 2.5 fuera del vano motor, la primera prueba reveló que el F136IB encajaría muy justo, y desde luego no con un radiador por encima. Albert ideó un sistema de refrigeración en la parte posterior a la guisa de un coche de drift o de rallycross, y comenzó a fabricar las piezas que iban a permitir juntar lo más fino de Italia con lo más embarrado de Japón.

ferrari engine in u haul
Sam Albert
The Ferrari lump arrives for transplant

Nuevamente, este mutante híbrido es el producto de esa locura guay que se suele encontrar en el mundillo de los rallys, más que la obra de un genio de la mecánica. Albert cita como inspiración el Peugeot 306 del británico Andy Burton, un granjero de Herefordshire que tomó la cáscara ensanchada de un coche de carreras sobre hielo, le metió un V6 Cosworth a 11.000 RPM y derrotó a los equipos profesionales. Aquel coche acabó excluido de la competición.

Después de aprender un par de cosas sobre impresión 3D durante la pandemia de Covid, Albert creó una carcasa del cambio y volante motor que permitirían hermanar el F136 con la caja secuencial del Subaru. Muchas horas de trabajo se fueron en el cableado, el sistema de refrigeración, así como en construir un sistema de escape completo con salidas laterales que atraviesan los paneles de carrocería. El coche hizo trizas la transmisión en el banco de potencia pero, con una pieza de fábrica en su lugar, consiguió dar la potencia. En la báscula tampoco estaba tan desequilibrado como se esperaba, con un reparto de 57% delante y un 43% detrás.

adapter for ferrari to subaru
Sam Albert
Custom parts were designed to mate Ferrari with Subaru.

Una fuerte nevada en Portland fastidió los planes originales para el primer 'shakedown', así que Albert se tuvo que conformar con dejar unos 'donuts' en el parking de Primitive Racing. Después de ese bautizo en la nieve, ya podía considerarse un Subaru de rally auténtico.

Y entonces, llegó el momento de la verdad en Dirtfish. El motor Ferrari, sobresaliendo del capó, muestra su roja admisión como la nariz de un mandril salvaje. Pero el STI pivota grácilmente de curva a curva, aullando en un lenguaje extraño pero rindiendo como se esperaba. La refrigeración se quedó algo justa hasta que se suprimió una ventanilla posterior, pero el motor lo aguantó.

Los siguientes pasos serán encontrar una refrigeración mejor que cumpla con los preceptos del ARA. A Albert le encantaría añadir tomas laterales al estilo de los WRC, pero cree que no serían bien vistas. Y luego está adaptar la suspensión. El debut de este Ferrari-STI está previsto para el Olympus Rally en el estado de Washington, que se celebrará entre el 22 y el 23 de abril.

"Primero quiero completar un rally y ver que sea fiable", repone Albert. "Pero también quiero que los fans se animen esta temporada. Espero que ayude a traer público a los tramos".

¿Cómo no hacer el esfuerzo de patearse los bosques para contemplar este artefacto aullando entre los árboles? El favorito de los fans, un coche pilotado por el científico loco que lo creó. Un coche que tiene pinta de rally y suena a Le Mans. Un motor de Ferrari en un Subaru. Locura. Una bendita locura.

Vía: Road & Track
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Brendan McAleer
Contributing Editor
Brendan McAleer is a freelance writer and photographer based in North Vancouver, B.C., Canada. He grew up splitting his knuckles on British automobiles, came of age in the golden era of Japanese sport-compact performance, and began writing about cars and people in 2008. His particular interest is the intersection between humanity and machinery, whether it is the racing career of Walter Cronkite or Japanese animator Hayao Miyazaki's half-century obsession with the Citroën 2CV. He has taught both of his young daughters how to shift a manual transmission and is grateful for the excuse they provide to be perpetually buying Hot Wheels.
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Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.