El Circuito internacional de Shanghái, sede del Gran Premio de China de Fórmula 1, fue una de las grandes creaciones de Hermann Tilke. Grande en el sentido de proyecto sobredimensionado, de una nueva generación de circuitos que mostraba un claro punto de inflexión respecto a circuitos clásicos.

Escapatorias asfaltadas por doquier

Uno de los grandes cambios se situaba en la peligrosidad. No entendido como riesgo para el físico, sino como factor que penaliza errores. Shanghái presentó enormes escapatorias, lo cual siempre es positivo, pero además con ingente cantidad de asfalto, lo que ya gusta menos a los aficionados por la poca penalización que esto supone para los errores de los pilotos. Algo que ha sido introducido en la competición hasta el punto de inmunizar al aficionado, pero que al principio de los 2000 era fuente continua de debate.

China ofrecía interminables escapatorias asfaltadas, y para acallar las críticas, se popularizó el uso del llamado ‘astroturf’, que no era más que una especie de moqueta que simulaba hierba artificial, que si bien ofrecía una adherencia ligeramente inferior al asfalto, estaba lejos de penalizar tanto como la hierba o la grava.

No obstante, curiosamente en este circuito no fue extraño en muchas ocasiones ver cómo los pilotos que abusaban de esta moqueta podían resultar escupidos por la misma hasta acabar golpeándose con el muro interior en unos más que espectaculares accidentes, especialmente cuando el líquido elemento hacía acto de presencia.

La ironía de cómo una medida, que se repetía que se tomaba por seguridad, acababa provocando peligrosos accidentes al aumentar la falsa percepción de seguridad a la hora de pisar a fondo el acelerador.

Por eso sorprende que dos décadas después de su debut, el circuito de Shanghái se presente esta temporada con algunos cambios en este sentido. Se ha eliminado el ‘astroturf’ y en algunos puntos estratégicos, la zona de grava ha sido acercada al asfalto, lo que ha provocado que algunos pilotos la pisen e la primera sesión de entrenamientos libres.

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Qian Jun/MB Media//Getty Images

Cambio de tercio poco habitual

Solo ocurre en lugares estratégicos y con una extensión reducida, pero suficiente para castigar a quién trate de abusar de los límites de pista en un circuito caracterizado por sus kilométricas escapatorias. Sin duda, un paso en la buena dirección que ojalá se repitiese en todos los circuitos de nueva generación, repletos de zonas construidas para mitigar los errores de los pilotos.

Y un paso en una dirección opuesta a la que se suele tomar, pues sin salirnos de este Gran Premio de China, solo hay que recordar la edición de 2007 y el famoso ‘sanganchao’ tan afamado entre la afición española, por el cual Lewis Hamilton perdió gran parte de sus opciones al título al quedarse atrapado en la grava de la entrada a boxes. Un error del piloto que la pista castiga, y que tristemente años después un responsable decidió eliminar cambiando la grava por asfalto y dejando de castigar cualquier error que se pudiera cometer en esta zona.

Larga vida a los circuitos clásicos y a los trazados que penalizan los errores de los pilotos.

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