Red Bull está en tierra de nadie. Como ya analizamos durante el fin de semana, Red Bull terminó a un minuto del vencedor, lejos, muy lejos, de las aspiraciones iniciales del equipo austriaco, con una sangría de dos segundos por vuelta que parece casi imposible de recuperar sin una gran revolución.

Pero más allá de la distancia con el ganador, Red Bull es superior a todos sus rivales a excepción de Ferrari y Mercedes, es decir, ni puede luchar con los de arriba ni los de abajo parece capaces de presentarle batalla. Con Daniel Ricciardo fuera de carrera y una prueba sin alternativas estratégicas la hora y media se le hizo muy larga a Max Verstappen, en un circuito que no presenta un reto para los pilotos.

El piloto neerlandés no escondió al finalizar la carrera y con cierto tono jocoso que lo más emocionante había sido seguir la retransmisión gracias a las pantallas gigantes instaladas alrededor del circuito, incluyendo el duelo final por la victoria entre Sebastian Vettel y Valtteri Bottas. Verstappen matizó que no es aburrido ya que ruedas a alta velocidad, pero no pudo esconder la decepción de no poder luchar con nadie más allá de una emocionante primera vuelta.