La competición de motor australiana por excelencia, los V8 Supercars, tiene un contrato vigente por el que corren junto a la Fórmula 1 en el fin de semana del Gran Premio de Australia hasta 2018. Sin embargo, la FOM no permite que dicha carrera de los V8 Supercars sea puntuable para el campeonato y eso hace que la categoría se plantee renovar su contrato.

"Obviamente, cumpliremos nuestro contrato, pero más allá de eso no nos veo corriendo allí a menos que sea una ronda del campeonato", ha dicho el director ejecutivo de los V8 Supercars, James Warburton, a Fairfax Media.

Por su parte, los organizadores del Gran Premio de Australia intentan mediar para solucionar el problema: "Una vez más, las complejidades contractuales se cruzan en el camino, así que no seremos capaces de lograrlo para este año, pero estamos abiertos y optimistas para el futuro", ha señalado el responsable de la carrera, Andrew Westacott.

A esto se unen las diferencias económicas existentes entre ambas partes y la presión de organizadores que quieren tener una carrera de los V8 Supercars.

"Es un gran gasto cada vez que nuestros equipos van a un circuito y podemos tener fines de semana mucho más rentables en cualquier parte, especialmente con un nuevo evento", ha concluido.