En sus años como piloto de fórmula 1, a Jos Verstappen le llamaban 'el jefe', por su valentía y osadía, sobre todo, en los combates rueda una rueda con sus rivales. Ahora su hijo, Max Verstappen, con solo 18 años de edad, también está destacando en ese área.

"Hablamos sobre ciertas curvas, pianos o adelantamientos. Como el de Spa, en el que adelantó a Felipe Nasr por fuera, que por supuesto fue un movimiento bonito pero también peligroso, ya que iba a 300 kilómetros por hora. Max no puede pensar que eso funcionará siempre", explicaba Jos en un evento de la ONU que ha tenido lugar esta semana.

El padre de Max admite, sin embargo, que su propia falta de miedo parece haber sido heredado por la siguiente generación. "Cuando corría, yo a veces pensaba en ello, en el miedo, pero al mismo tiempo sabes que eres tú el que tiene el control", dijo Jos.

"Ahora que Max está corriendo, de vez en cuando pienso en ello de nuevo, especialmente en los trazados en los que hay más peligro. Mira Sochi, no está libre exactamente de riesgos, si nos fijamos en los accidentes sucedidos. A veces me preocupo, pero Max está dispuesto a correr, así que espero que no le pase nada", agrega.

Quizás esa falta de miedo explique por qué Max es ahora un valor en alza dentro del mercado de pilotos, ya que se le vincula con un tercer coche de Ferrari, en el caso de que Red Bull salga de la Fórmula 1. "Después del giro rápido que conduce a la chicane en Suzuka", recuerda Jos, "el coche rodaba a una velocidad parecida para ahorrar energía. Así que Max cambió la configuración, lo que significaba que el coche seguía acelerando en lugar de mantener la misma velocidad. Por eso pareció tan fácil cuando adelantó a su compañero de equipo, Carlos Sainz. Max ya había pensado en esto antes de colocarse detrás Sainz. Eso es una habilidad extra que Max tiene", concluyó diciendo.