Todavía no ha terminado esta temporada y las escuderías de Fórmula 1 ya piensan en el próximo año. Rob Smedley, jefe de rendimiento de Williams, asegura que las primeras pruebas de cara a la próxima temporada ya están en marcha.

Hace un par de semanas, la FIA reajustó el calendario de 2016 y adelantó ocho días la cita inaugural, el Gran Premio de Australia. Esta pequeña variación hizo que todos los equipos tuvieran que modificar sus programas para llegar a tiempo a los primeros test, que se disputarán a partir del 22 de febrero en Barcelona.

"Tiene un impacto, no hay duda de eso. Pero ahora hemos reajustado todos los planes, nos hemos sentado y observamos de nuevo el plan para llevarlo a cabo desde este punto hasta el primer día de test", afirma Smedley.

El británico confirma que pese a que llegarán con toda probabilidad, los costes serán superiores. "No habrá diferencia de cara a la que la gente vea el nuevo coche, de cómo funciona o cómo se ejecuta en los primeros test o en Australia. Esos nos planes no van a cambiar. Solo que será más caro para nosotros", afirma.

Smedley va más allá y explica qué cambios económicos puede tener este pequeño ajuste en el calendario. Sin embargo, el de Williams asegura que el nuevo monoplaza estará listo. "Simplemente será más costoso para nosotros y todos los equipos porque hay que reajustar planes de fabricación. Se podría subcontratar algunas cosas de fuera, especialmente los compuestos y la carrocería. Probablemente vamos a llegar un poco cortos en los primeros test. Llegaremos con menos magnitud operacional. El cambio tiene grandes consecuencias", sentencia.