La complicada situación en la que se encuentra el equipo austriaco Red Bull con su proveedor de motores puede tener consecuencias más que significativas en la próxima temporada. Más allá de conocer la identidad de su nuevo socio deportivo, que les proporcionará unidades de potencia, los plazos de diseño y producción podrían hacer que se tuvieran que perder el primer test de pretemporada, conformándose sólo con cuatro días de entrenamientos antes de comenzar el Mundial.

De confirmarse este hecho, podrían ver, como sucedió con Force India en este año, cómo su año puede quedar comprometido, aunque para ellos es el menor de los problemas, como indica Paul Monaghan.

"Se está haciendo tarde. Por el momento será complicado pero podemos estar en los plazos y estar en el primer test. Sería un desastre tener sólo tres o cuatro días, así que es incorrecto decir que hacer el primer test sea un beneficio para nosotros. Podría ser complicado, pero trataremos con ello", explica Monaghan.