El Gran Premio de Hungría estuvo marcado por la gran actuación de Ferrari en un fin de semana en el que nadie esperaba su llegada tras sus problemas del viernes. Su fin de semana tuvo una trayectoria claramente ascendente, sufriendo bastante en los libres con la configuración del monoplaza, pero tras estudiar a fondo los datos recabados realizaron varias modificaciones que les devolvieron a su lugar en la pista el sábado. En la carrera llegó su momento álgido: gracias a una buena salida de los dos monoplazas, fueron capaces de colocarse en las dos primeras posiciones, algo que no se veía desde el GP de Francia 2008, con Felipe Massa y Kimi Raikkonen como protagonistas.

Pero esta situación no pudo llegar al final, ya que los problemas en el monoplaza del finlandés le hicieron perder mucho ritmo en pista, terminando su carrera antes de tiempo. Tras lo ocurrido, Sebastian Vettel ha echado un capote a su compañero y ha lamentado su mala suerte.

"Fue un gran movimiento de Kimi, empezó una fila detrás y pudimos colocarnos en las dos primeras posiciones tras un par de curvas, así que sospecho que hizo un enorme trabajo para adelantar a los dos Mercedes en esas dos primeras curvas. Luego me dijeron durante la fase de coche de seguridad que tenía un problema con el coche, perdió el MGU-K y era muy alcanzable, pierdes mucha potencia y todos los sistemas empiezan a fallar, así que al final no pudo terminar", ha dicho.

El piloto alemán ha defendido así a su compañero, pues considera que hizo una gran carrera y que estuvo a la altura de lo que se pedía.

"Es una pena, porque pienso que podría haber tenido, sobre todo, un enorme resultado para el equipo, y segundo, un doblete. Un gran día para Ferrari, pero no pudo ser tan genial como podría haber sido. Obviamente es una pena para Kimi, no es mi trabajo, pero con toda la mierda que ha estado habiendo alrededor del equipo recientemente, creo que ambos hicimos una carrera muy consistente y merecimos un uno – dos", ha concluido.