El caso de Sebastian Vettel muestra lo rápido que pueden dar la vuelta las cosas en la Fórmula 1. Antes de Bahréin, el alemán era la nueva estrella de Ferrari, mientras que su compañero de equipo, Kimi Raikkonen, seguía luchando por conseguir buenos resultados.

Pero el domingo, fue el finlandés quien puso bajo presión a Mercedes de cara a la victoria final, mientras que Vettel tuvo una carrera sembrada de errores. "Después de tres carreras perfectas, Vettel pagó un alto precio por la cantidad de errores cometidos", se podía leer en La Gazzetta dello Sport. Otro periódico italiano, La Stampa, comentaba que en Sakhir Vettel había sido el número dos en Ferrari, calificándolo de "impreciso, nervioso y acosado".

El jefe del equipo Maurizio Arrivabene, sin embargo, le respalda. "Sebastián cometió un par de errores, de lo contrario podríamos haber tenido dos pilotos en el podio. Pero él es, gracias a Dios, un ser humano, como lo somos todos. Vivimos en un mundo que es demasiado efímero. Él ha ganado una carrera y ha acabado en el podio en dos ocasiones, y es parte de un equipo que ha hecho algo increíble durante el invierno", finalizó Arrivabene.