Hoy, 18 de Diciembre, tiene lugar una reunión de vital importancia para el futuro del Mundial de Fórmula 1. Los equipos de la categoría se han citado para abordar la situación económica del campeonato, así como para proponer soluciones que permitan a las formaciones más humildes poder salir airosos de la delicada tesitura financiera en la que se encuentran.

Pero, para Eric Boullier, resolver los problemas actuales del certamen no es para nada sencillo. El director de carreras de McLaren ha recordado la situación del Mundial en el pasado para justificarse y hacer ver lo complejo del asunto. Este se basa, sobre todo, en que el respaldo económico que proporcionaban las grandes marcas de coches a las escuderías privadas en el pasado desapareció a partir de 2010, por lo que a estas últimas solo les queda gastar más o resignarse a ser menos competitivas.

"Si observas la última década, la mayoría de los equipos estuvieron respaldados por empresas de automóviles que no tenía preocupación de cuánto estaban gastando. Desde 2010, los equipos empezaron a perder este respaldo y, para seguir siendo competitivos, necesitaban gastar una cantidad mínima respecto a aspectos técnicos del coche, y algunos equipos están (todavía) sufriendo para encontrar eso. Este es el problema: ¿quieres rebajar el desarrollo para mantener bajos los costes? Entonces empiezas a herir a la industria de la F1".

Ante los problemas que causaría una reducción del gasto por formación, el francés ha señalado en Autosport que habría que acometer un cambio profundo para alcanzar una solución aceptable, aunque él no está seguro de cuál sería la más apropiada.

"Esto no es solo cuestión de los equipos, es cuestión de la cadena de suministros de unas 2.000-3.000 personas. O encuentras otra forma de incrementar los ingresos, pero hacer eso significa cambiar el modelo de distribución y hacer 25 carreras, quizás. Yo no tengo la respuesta".

Dentro del capítulo de la reducción de los costes, la opción de volver a los antiguos motores ha sido una de las posibilidades propuestas desde algunas partes. Pero, ni siquiera Monisha Kaltenborn, directora de Sauber, uno de los equipos que más está sufriendo por el elevado coste de las unidades de potencia, respalda tal elección. Según ella, el problema fue la forma en la que se introdujeron estos nuevos sistemas de propulsión.

"En mi opinión, un cambio sería absolutamente correcto, porque nosotros estamos aquí para representar la tecnología punta, y ahora tenemos en nuestros coches un sistema extremadamente eficiente. Donde quizás no hicieramos tan buen trabajo fue implementándolo", dijo.

Por ello, Kaltenborn ha afirmado que la situación actual no sería tan complicada si la adopción de las nuevas mecánicas se hubiera dado un año más tarde o se hubiera limitado el gasto total de las escuadras.

"Creo que quizás podríamos haberlo acordado antes, o esperar otro año, o hacer reglas que no hubiera permitido un gasto ilimitado. Hay muchas formas con las que podrías observar esto. Yo creo que la implementación no fue buena, pero la idea y la decisión fueron correctas", concluyó.