La generación actual de pilotos no ha vivido nunca un suceso de tal magnitud como el del accidente de Jules Bianchi en Suzuka e, incluso, algunos aficionados podrían haber olvidado que la Fórmula 1 no es solo un deporte de motor, sino también de máximo riesgo.

Ante esta situación, las medidas de seguridad y las actuaciones de los comisarios en Japón se han puesto en duda, pero el máximo responsable del Gran Premio de Rusia, Richard Cregan, afirmó que se pueden hacer muy pocos avances de forma acelerada.

"Hemos hecho todo lo que se nos ha pedido e, incluso, un poco más en algunos sitios. Creo que nunca se puede estar contento con los niveles de seguridad que tenemos", confesó a Autosport.

Cregan recalcó que, aunque el accidente todavía esté bajo investigación, se debe aprender de lo sucedido para evitar que ocurra en el futuro.

"Lo más importante es que aprendamos de ello y no sacar conclusiones. Esa es la clave. Sé que es fácil de decir cuando no te afecta directamente y mis pensamientos están con Jules y su familia, pero tenemos que asegurarnos que antes de esta carrera no haya más que podamos hacer", insistió.

Sin embargo, de cara al futuro, aseguró que la seguridad siempre se puede mejorar año tras año e intentarán conseguir entre todos que no vuelvan a suceder desgracias como la que vivimos en Suzuka.

"A largo plazo, tenemos que buscar la manera de incrementar la seguridad en el deporte. Cuando algo como esto ocurre, nos centramos en qué puede pasar y lo peligroso que puede ser nuestro deporte. Nuestro deber es intentar mitigar en todos los riesgos tanto como sea posible y asegurarnos que estamos haciendo lo más seguro para todos los involucrados", relató.

Una de las grandes polémicas del accidente de Jules Bianchi fue si la grúa que estaba dentro de la pista debería haber salido o, en todo caso, dirección de carrera debería haber desplegado el coche de seguridad antes de que saliera este vehículo de asistencia. Cregan tiene muy claro que hay que buscar una solución a este problema y sostiene que se debe seguir un modelo parecido al del Gran Premio de Mónaco.

"Hay que centrarse en la formación y asegurarse que los equipos que recuperan los coches o los servicios médicos estén entrenados al máximo nivel. Sigo creyendo que no debería haber vehículos sobre la pista, excepto los que ya están allí, y esos son los coches de carreras. Obviamente, cuando sale alguien a la pista, introduces un elemento de peligro por tener un vehículo solido. Tenemos que mirar cómo podemos eliminar, si es posible. Si las grúas trabajan como lo hacen en Mónaco, entonces hay que observarlos a ellos. Nunca podemos parar de mejorar", sentenció.