En la que fue su primer rodaje oficial y público con un coche de F1 –un Red Bull RB7 del año 2011 pintado con la decoración de Toro Rosso– el joven Max Verstappen fue, previsiblemente, víctima de la presión, lo que le llevó a tener dos pequeños fallos en una exhibición en Róterdam realizada el fin de semana pasado.

Aunque sólo dañó el alerón delantero, se ha armado mucho revuelo sobre Max, dada su corta edad y su inexperiencia en monoplazas. No obstante, el piloto de F3 ha querido dar la cara y ha querido reconocer el error sin culpar a nada ni a nadie.

"Sin excusas. Soy culpable", reconoció Verstappen al periódico De Telegraaf. "Accioné tarde el embrague en el sistema anti-bloqueo", agregó.

El choque ocurrió durante la tercera vuelta que Verstappen daba al circuito improvisado de Rotterdam en busca de realizar unos 'donuts' a modo de exhibición: "Las dos primeras vueltas salieron fantásticas, y en una hubo un error", quiso aclarar el belga de 16 años.

"Es un proceso de aprendizaje. Pero después de todo, siempre había querido conducir un coche de F1", concluyó.

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