Sebastian Vettel, que en el día de ayer recogió el premio al mejor piloto internacional que concede Autosport, habló sobre el cambio al que se enfrenta la Fórmula 1 el próximo año, sobre todo en el tema de motores con la introducción de los V6 Turbo.

El alemán, que tuvo su primera experiencia a los mandos de un monoplaza de la máxima categoría cuando estos montaban aún los V10, se mostró algo apenado con el cambio de propulsor al echar la vista atrás a su primer test en 2005 con Williams.

"Estoy un poco triste, dado que mi primer test en un coche de Fórmula 1 fue con un V10. Recuerdo esa prueba, y entonces cambiamos a los V8 un año más tarde. Cuando me subí por vez segunda en un F1 podía notar diferencia (entre ambos motores)", explicó el de Red Bull.

"También recuerdo la primera vez que fui a ver Fórmula 1, fue en el año 1992, estaba lloviendo y fueron unos Entrenamientos Libres en el circuito de Hockenheim. Los coches solo daban vueltas de reconocimiento, y simplemente oír el sonido del coche… Son los primeros recuerdos que tengo", añadió un Vettel que dejó clara su postura ante el cambio.

"Sólo espero de que no decaigamos en términos de potencia. Perderemos revoluciones, lo que creo que es una pena, dado que es una nueva dirección a la que podemos ir con una nueva tecnología", argumentó el tetracampeón. "Espero que en el futuro no perdamos esa diversión. Creo que los coches tienen que oler, los coches tienen que sonar alto, te da algo que no olvidas".

Aunque, sean como sean los monoplazas, nadie sabe –con exactitud- en qué orden estarán los equipos en la parrilla, por eso Vettel afirma que “es muy difícil de saber. Cada equipo y cada proveedor de motores tienen una idea, probablemente, de cómo serán las cosas. Es una incertidumbre ahora mismo", indicó. "Poner los coches en pista por primera vez el año próximo será muy interesante, y ver cuántos motores explotan y cuáles no".