La Fórmula 1 no es ajena a la delicada situación financiera que asola a la economía mundial. Más aún si cuando hablamos de dinero a devolver y dificultades monetarias, nos centramos en un equipo del final de la parrilla. Este el caso de Marussia, escuadra que acumula 155 millones de euros en deuda, la cual esperan que sea liquidada antes de que comience la próxima campaña gracias a la intervención de uno de sus inversores: Andrei Cheglakov.

En una entrevista concedida al diario "The Times”, el director ejecutivo de la formación, Andy Webb, reconoce que en un primer momento, las cifras son alarmantes, pero confían en que la reestructuración financiera de la escudería dé sus frutos.

"Las cifras ofrecen una lectura alarmante a primera vista", reconoce el británico. "Pero hemos reestructurado la forma en que el equipo se financia de manera que comenzaremos este nuevo año fiscal sin ninguna deuda y un camino claro gracias a nuestros inversores".

En el último curso, las pérdidas sufridas por el equipo ruso fueron de casi 69 millones de euros y, de cara al año próximo, con los cambios que se darán en la normativa, incluyendo estos la introducción de un nuevo motor turbo de 1.6 litros, además del ERS y otros cambios de relevancia, es de esperar que el equipo que a día de hoy ocupa la penúltima posición en la tabla del Mundial de Constructores tenga que asumir más gastos aún que en el pasado. Sin embargo, esto no preocupa en exceso a Webb, que confía en el apoyo de sus inversores.

"Nuestros inversores se han mostrado con cierta incredulidad respecto a la forma en que los costes de la F1 se ejecutan. No estaban esperando entrar en una competencia de gasto, pero nos han proporcionado una base sólida y estamos seguros para el futuro", concluyó.