Fernando Alonso, segundo clasificado en la carrera de hoy, paró su Ferrari 150º Italia a un lado de la pista de Nurburgring, y se subió -por primera vez en su vida- en un Red Bull. Su amigo Mark Webber hizo caso a las señas que le hizo Fernando con la mano y le llevó sentado en los pontones hasta la zona de boxes donde está situado el podium alemán. La causa no es otra que los cálculos de la Scuderia se efectuaron ante la posibilidad de haber lluvia, y con ello el consumo se esperaba menor.

Todos los participantes tienen que acabar la prueba con un resto de combustible en su depósito suficiente como para entregar a los escrutinadores de la FIA al menos un litro, con idea de analizar la muestra y comprobar que los compuestos químicos son los autorizados (el no satisfacer esto fue lo que retrasó ayer a Buemí todos sus puestos en parrilla). El asturiano no debería haber subido al coche de Webber, esto conlleva una sanción de 10.000 dólares, pero los comisarios deportivos parecen haber dado por buena la jugada ante el más que posible retraso del ovetense a la ceremonia del podium; sin él no podían empezar y con toda seguridad han aplicado la regla con cierta tolerancia en beneficio del devenir protocolario.

En cuanto a la muestra de gasolina, Stefano Domenicali ha confirmado, tal y como recoge Autosport, que la muestra de combustible requerida ha sido recogida tal y como manda las regulaciones y analizada de manera satisfactoria. "Recogieron la muestra de combustible después de la carrera. Tenía que haber un litro de combustible e hicimos esto sólo por precaución…".

Domenicali fue cuestionado acerca de la posibilidad de que Alonso dejase de atacar a Lewis Hamilton en las últimas vueltas debido a la escasez de gasolina para terminar la prueba, pero el italiano no quiso declarar nada al respecto.