Como les explicamos hace unos días, en los últimos meses la FIA ha probado distintas nuevas piezas con el objetivo de incrementar la seguridad de los monoplazas. Concretamente, las pantallas de policarbonato y los asientos de espuma fueron sometidos a los crash-test de la Federación, pero pese a que por ahora su aplicación parece lejana, distintos protagonistas ya se han pronunciado sobre la posibilidad de que los cockpits de los F1 del futuro fueran cerrados.

La institución de Jean Todt quiso comprobar la efectividad de las cúpulas de policarbonato, con el objetivo de evitar que en el futuro se repitan accidentes como el de Felipe Massa o el de Henry Surtees, piloto de la F2 que falleció en 2009 al recibir el impacto de una rueda, en el circuito de Brands Hatch.

No obstante, la idea de 'cerrar' los monoplazas no gusta a muchos. "Siempre estamos interesados en aquellas mejoras que mejoran la seguridad", dijo Norbert Haug a Bild. "Es un experimento interesante, pero creo que un monoplaza debe ser abierto".

Nigel Mansell, Campeón de 1992 con Williams, opina igual que el alemán. "No sé si me gustaría ver eso; no sería F1 de verdad", dijo en declaraciones al portal ennstal-classic.at.

Marc Surer, piloto de F1 entre 1979 y 1986, defiende los cockpits abiertos. "Haría mucho calor y entonces el siguiente problema sería instalar un aire acondicionado", dijo el suizo. "E imaginaros qué pasaría si el KERS fallara y los gases entraran en el cockpit".

Christian Danner, piloto de la categoría reina entre 1985 y 1989, cree que las cúpulas de policarbonato significarían un problema para los pilotos. "Su visibilidad se vería afectada por los reflejos".

No obstante, Nico Rosberg opina diferente. Mientras que el resto de protagonistas se fijan en el lado histórico de la F1, que se ha caracterizado por usar siempre cockpits abiertos, el alemán se fija en la seguridad. "Suena bien. Cualquier cosa que incremente la seguridad es un paso adelante".