Tanto los equipos como los fabricantes estaban en contra de los motores de cuatro cilindros, todos a excepción de Renault, que veía en ellos la única forma de continuar en la categoría reina. La decisión de fabricar propulsores V6 a partir de 2014 fue recibida como una buena noticia, vista cómo era la otra opción, pero no todas las partes están satisfechas.

Tan sólo el trazado de Shanghái (China) y el de Yeongam (Corea) no se posicionaron junto al resto de circuitos, que hicieron público su descontento la semana pasada. Preocupados por el sonido de los nuevos V6, los promotores de cada trazado amenazaron con boicotear a la F1 y acoger carreras de la Indycar como venganza.

Bernie Ecclestone no ha tardado en posicionarse del lado de los trazados. El británico asegura comprender su situación, y revela que quizás la única solución es denunciar a la administración de Jean Todt, como un bloque conjunto.

Bernie ha defendido la postura de los circuitos, a los que ha ofrecido su apoyo. "Ellos creen que los nuevos motores acabarán con lo que la gente quiere ver cuando va a ver carreras de F1, por lo que no podrían vender las entradas y tampoco podrían pagarnos", dice el magnate británico. "Tienen un contrato conmigo y si no pudieran afrontarlo, porqué no estuvieran vendiendo las entradas, probablemente no los ataría".

El propietario de los derechos de la F1 aseguró que con tal de asegurar la permanencia de los circuitos más emblemáticos de la categoría reina habría que actuar como un bloque. "Quizá deberíamos denunciar a la FIA", dice Bernie, de 80 años de edad.

La batalla de los motores ha dividido a la F1 en dos bloques: Por un lado, Bernie Ecclestone y los circuitos, que se oponen a los V6, y por otro la FIA, que cuenta con el respaldo de Ferrari. "Es una buena elección", dijo Luca di Montezemolo sobre los nuevos propulsores. "Estoy contento de que haya prevalecido el sentido común. Se pueden conseguir muchas cosas si uno no se enroca ni es conservador de una forma ridícula".

Por otro lado, el mismo Bernie se ríe de los rumores que apuntan a que varios equipos considerarían la posibilidad de comprar los derechos de la F1."Muy pocos equipos tienen el dinero suficiente como para mantenerse ellos mismos", argumenta el magnate de Soffolk.

Martin Whitmarsh, presidente de la FOTA, fue preguntado sobre a qué se refería Ecclestone cuando dijo que la F1 ha tenido una dirección "bastante mala" durante las dos últimas décadas. "Somos el tercer espectáculo del mundo, pero deberíamos ser el número uno", dice el director de McLaren.