La afirmación, grave por demás, se atribuyó al médico italianoBenigno Bartoletti, quien durante dos décadas (de 1972 a 1992) fue eljefe sanitario de la escudería Ferrari. La noticia se difundió a travésde la agencia italiana ANSA, la cual a su vez tomó extractos de laentrevista que le realizaran al galeno en la revista Quattroruote,trabajo que será publicado en el mes de enero en la prestigiosapublicación mensual dedicada a la industria y el deporte.

Sin embargo, la sensacional revelación resultó, por decir lo menos, unamalintencionada versión de unos comentarios - o si se es más crítico -una pésima interpretación de las palabras de Bartoletti, quien deinmediato debió aclarar el asunto, aunque, como suele acontecer enestos casos, la agencia noticiosa no tuvo el detalle de enviar unsegundo boletín informativo para desmentir el primer parte queconmocionó las redacciones deportivas y al público en general.

A continuación, les ofrecemos la explicación del especialista italianoluego del indeseado incidente periodístico: "Quien ha tomado misdeclaraciones publicadas en Quattoruote - asevera Bartoletti -, se hadivertido en cambiar el sentido de las mismas y ha jugado con el hechode extrapolar algunas frases que ciertamente causan sensación. He dichosolamente que, sin dudas, también en el mundo del automovilismodeportivo puede haber un riesgo de doping. Seguramente no es unproblema de anabolizantes, que no servirían para nada. Si hay un dopingse podría lograr sólo con sustancias tipo cocaína, es decir, sustanciasque te dan una "motivación particular" y por un período de tiempo muylimitado, puede ser una hora, dos, no más. He expresado solamente unaduda, una suposición sin alguna referencia específica. Pero si queremosquitarnos cualquier duda de encima, bastaría con hacer obligatorio elcontrol antidoping, hecho en un modo serio, extendiéndolo a todo elcampeonato. Después se verá si las dudas o la perplejidad son sólohipótesis".

El doctor Bartoletti es una verdadera autoridad y uno de los pionerosen el campo de la medicina deportiva vinculada con el automovilismodeportivo, y además de su relación con la casa de Maranello, también hatenido responsabilidad en el equipo Fiat-Lancia en el rally de fines delos setenta y en la actualidad es consultor de Alfa Romeo. Bartolettifue uno de los primeros en estudiar los aspectos de la alimentación quedebían seguir los corredores, llegando a teorías algo revolucionariascomo el tomar ciertas bebidas aromáticas que favorecían la visión delos pilotos, especialmente aquellos que se dedicaban al rally.

En Venezuela también contamos con un especialista en medicina vinculadacon el automovilismo, el conocido doctor Bruno Burger, cardiólogo cuyaafición por las carreras lo llevaron primero a ser comentarista en latelevisión, pasión que también comparte como integrante del panelmédico de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).

Burger, como la totalidad del ambiente de la F1, se mostró sorprendidopor las supuestas declaraciones de su colega Bartoletti, y de inmediatoprecisó que durante la temporada pasada se realizaron más de mediocentenar de pruebas antidoping entre todos los integrantes de la F1 ytodas resultaron negativas, tal como lo reseñó esta misma semana eldiario sensacionalista germano Bild, el cual no se caracterizaprecisamente por ensalzar la buenas causas.

Bruno Burger comentaba los elementos contradictorios acerca de la"supuesta ventaja" en el uso de esta droga, mientras confirmó que laspruebas antidoping son costumbre en el automovilismo profesionaleuropeo y uno de los pocos casos en los que se produjo una muestrapositiva, fue en la temporada 2002, cuando el piloto checo Tomas Enge,entonces campeón de la Fórmula 3000 FIA, le descubrieron rastros demarihuana, motivo por el cual fue despojado de su corona.

En fin, la historia deja varias anécdotas y algunas advertencias,siendo la más importante lo delicado que puede resultar una noticia malmanejada y especialmente difundida por una agencia internacional. Aveces, en el periodismo deportivo también se cometen errores.