Esta búsqueda imparable por el ahorro se ha realizado siempre a costa de los equipos, nunca a través de una disminución de los beneficios de la organización que gestiona los derechos de la categoría (la FOM con Bernie Ecclestone al frente) que se embolsa el 50% de todos los ingresos, aumentando el dinero que reciben las escuderías y obligando a éstas a apretarse el cinturón.

Los equipos sufren los delirios de grandeza de la eterna pareja Mosley-Ecclestone, obligando año tras año a revisar sus proyectos debido a los continuos cambios de reglamento, o durante la propia temporada, como ocurre actualmente, a causa de los difusores (con costes fuera de presupuestos de hasta 15-25 millones). De esta forma, en lugar de ahorrar, el proceso se convierte en altamente inflacionario, como muestran las desapariciones de equipos menores y grandes, como Honda.

Con la vaga excusa del ahorro y en pro de espectáculo, los equipos deben invertir ingentes cantidades económicas en KERS y demás “ocurrencias” de la FIA que pueden no ser válidas para el año siguiente, inutilizando los esfuerzos técnicos, humanos y económicos resultando estos estériles de temporada en temporada.

El último acto (el primero ha sido el cambio de hecho de la interpretación de las normas para admitir los difusores) de esta locura de despilfarro es la supresión de los repostajes para el 2010, el cambio del peso mínimo (propuesta de BMW) y el uso de los calentadores para los neumáticos. El resultado es que los proyectos de este año que partían de un folio en blanco, consecuencia de los numerosos cambios en el reglamento, de poco van a servir para el año próximo puesto que la supresión de los repostajes obliga a hacer un coche completamente nuevo en base a unos valores de carga y peso del todo diferentes a los actuales, desvirtuando los avances de la temporada.

Por otro lado, si el peso mínimo aumenta finalmente a los 620 Kg (605 actualmente), con la carga completa de gasolina para afrontar la carrera hablaremos de otros 150 Kg extra llevando a los monoplazas a pesos de 770 Kg del todo por encima de los proyectos actuales. Si a esto le sumamos que las cubiertas térmicas no estarán permitidas para mantener los neumáticos en temperatura y que es posible que se cambien los tamaños de los neumáticos delanteros, hablamos de nuevo de replantear todo el proyecto debiendo invertir todo aquello que se podía ahorrar una vez más...

Pero esto no acaba aquí, resulta que si los equipos optan por un presupuesto limitado tendrán capacidad de disfrutar de gran libertad proyectual, ¿piensa alguien que los grandes no van a realizar dos proyectos alternativos para valorar que opción elegir?

Alea jacta est, la suerte esta echada... y el dinero también. Si no llueve no hay adelantamientos, el KERS es algo que nadie ve, que cuesta mucho y pocos usan que en lugar de ayudar a pasar a un contrario evita que te tomen la posición; los alerones móviles son un misterio que nadie sabe que existe (que Red Bull no usa), mientras los millones de euros en tiempos de crisis aguda se van por el desagüe de las ideas que ya no son válidas y hay que replantear el proyecto (difusores).

Con este panorama volveremos a las carreras de trenecitos (como se decía en los 80 y principios de los 90) al desaparecer los repostajes evitando que los pilotos se adelanten porque destrozarían unas ruedas de unos monoplazas, que pesarán más que un camión y que deberán racionar la gasolina si no quieren cruzar la meta empujando el coche, cosa que ya era parte de la historia triste de la Fórmula 1.